¡Gracias! señores Leguina, Corcuera, Guerra, González…, por Ángel Alonso Pachón

Estos días de zozobra democrática estamos viendo y oyendo a personas con sentido de Estado; personas prudentes en una sociedad libre y plural; personas conocedoras de lo que cuesta construir una convivencia grande y respetuosa. Esas viejas raíces, que superaron los enfrentamientos y construyeron una España para todos, remueven hoy su vieja y merecida tranquilidad para salir en defensa de la decencia política, condenando la marginación y el odio al adversario. ¡Gracias! señores Leguina, Corcuera, Guerra, González, Solchaga, Marín, etc., etc. Ustedes ganaron historia, otros, hoy día, sin corbata y con pantalones vaqueros, todavía no han ganado nada. Ustedes conjugaron todo tipo de verbos, otros, los sin pasado, nos quieren decir con quien debemos o no debemos hablar. Ustedes nunca cantaron victoria porque se consideraron parte de un gran equipo humano; otros, aislados, en minoría, dibujan su propio ombligo para adorarlo. Ustedes creyeron en España, otros, al parecer quieren que España se parezca a ellos. Ustedes al ladrón no le pusieron nombre ni lugar de nacimiento, simplemente le condenaron; otros, por nepotismo puro, al ladrón le clasifican según sea de un partido o de otro, de una región o de otra. Ustedes para triunfar no necesitaron desintegrar al oponente, otros, con paseíllo de triunfadores de feria, desearían que no existiese. ¡Gracias! señores Leguina, Corcuera, Guerra, González, Solchaga, Marín, etc., etc.