El PP andaluz va a presentar una proposición de Ley en el Parlamento andaluz para limitar a ocho años el mandato de los presidentes de la Junta de Andalucía. Todavía no han ganado y ya se están poniendo límites. Es como planear ir a una fiesta tasando de antemano el tiempo que te vas a quedar. Una hora, pase lo que pase. Me aburra o me divierta. Al PP lo que le hubiera gustado es haber limitado los mandatos de Chaves. Incluso ganándole en las urnas. Una vez ganaron los populares las elecciones, con Javier Arenas al frente. Año 2012. Griñán candidato por el PSOE. Sacaron más del cuarenta por ciento de los votos. Pero en aquella ocasión, como gloriosamente tituló ABC, la cosa fue: «Mayoría simple, derrota absoluta». Uno es más bruto y hubiera escrito: gatillazo que te crió. Los populares quieren que esta limitación de mandatos sea también para consejeros del Gobierno andaluz y hasta Elías Bendodo, presidente de la Diputación de Málaga, le dijo el otro día a Virgina Guzmán en este periódico que no estaría en el cargo más de ocho años. Aquí todo el mundo habla de irse pero el Gobierno no llega. Aznar fue el único que estuvo ocho años. Claro que a algunos, de largo que se les hizo, le parecieron dieciocho.

Lo de los ocho años pertenece a un catálogo de medidas de buen gobierno que están elaborando los populares andaluces. Como se aburren en la oposición planean qué sería un gobierno ideal. El oficio de cualquier oposición es decirle al Gobierno cómo tiene que gobernar. El resultado de esta acción suele ser quedarse en la oposición. Las elecciones las gana quien las convoca. No pocos se van más que Antoñete. Las despedidas son muy tristes. Sobre todo si hay que deshacerse del coche oficial. Saber irse es muy difícil. Más difícil es que los que están te acepten una ley para quedarse sin empleo. Se tarda un segundo en decir hola y una vida en decir adiós. Que ocho años no es nada, bien pueden decir los que gobiernan. El proyecto de Ley está destinado al fracaso. Siempre pueden aprobarlo cuando gobiernen.