El Cautivo tiene nuevo hermano mayor. Ignacio Castillo resultó elegido por la mayoría de los hermanos de esta cofradía tras una campaña intensa. El pasado viernes, más de mil cofrades pasaron por la casa de hermandad en la Trinidad y dejaron constancia de que esta cofradía estaba pidiendo a gritos volver a la relativa normalidad que mantenía hace unos años. La intervención del Obispado no fue, precisamente, el hecho que alteró la tranquilidad en la hermandad, sino que ha sido este periodo de comisariado el que ha ayudado a calmar las aguas. Hoy, con un nuevo hermano mayor, el Cautivo emprende un camino nuevo. Suerte a Castillo en su empresa. Suerte a su equipo. Se le viene por delante una Cuaresma en la que va a tener que manejar unos tiempos imposibles para cualquiera. No soy quien, pero teniendo en cuenta que desde su elección hasta la Semana Santa apenas van a pasar dos meses, hay que exigir responsabilidad a aquellos que se han quedado a las puertas. Ahora que estamos en tiempos de negociaciones políticas, de «quítate tú pa´ ponerme yo» y esas historias, hay que recordar a estos y a otros cofrades que esto no es política. Lo de las cofradías es otra historia. Aunque alguno haya querido acercar (por abajo) ambos mundos, no es necesario que enmerdemos la labor de los cofrades con esa pátina de falsedades y luchas intestinas. La victoria de Castillo ha sido -no necesita complementos ni adjetivos-. Ha sido elegido por la mayoría de sus hermanos. El Cautivo no es una cofradía cualquiera, por eso cualquiera le puede exigir una responsabilidad mayor a los cofrades de esta corporación. «Hacer oposición» es un término excesivamente político que se viene utilizando cada vez más en las cofradías. Miren, si quieren hacer oposición están en su derecho, pero recuerden que muchas veces por querer atacar a una persona se acaba dañando a la institución. Responsabilidad.