Si esta noche gana el Goya la joven actriz Natalia de Molina, quien ya obtuvo el Goya Revelación por «Vivir es fácil con los ojos cerrados», será para alegrarse. Sin desmerecer por ello el trabajo de la estupenda Penélope Cruz como una valiente mujer afectada de cáncer de mama en la película de Julio Medem; ni a la gran Juliette Binoche en la de Isabel Coixet, ni a la hermosa Inma Cuesta como la novia en esa novedosa adaptación de la lorquiana «Bodas de sangre» que ha dirigido Paula Ortiz€

Techo y comida

Pero el delicado y duro equilibrio que consigue Natalia, andaluza de Linares que estudió Arte Dramático en Málaga, en su personaje de madre desahuciada de su piso, ayuda a entender las cosas más que la reunión entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. Y que el jerezano Juan Miguel del Castillo hubiese puesto el foco de su vergüenza cinematográfica en una vecina de su propio bloque (la que interpreta Natalia), a la que un día vio cómo expulsaban con su niño de su techo y comida, y que la película que dirigió espoleado por esa visión, su primer largometraje, encontrase a un par de humildes productores catalanes que se fijaron en ella, y que lleve ya acumulados premios en su sencillez honrada y ausente de millones, es también para alegrarse. Me enriqueció como persona conocerles en la última edición del Festival de Málaga y compartir aquella primera alegría, cuando obtuvieron la Biznaga de plata para la interpretación de Natalia de Molina y el Premio del Público para la película.

Ojalá Guadalmedina

No me importaría celebrar haciendo senderismo por el Guadalmedina que haya cines y espectadores para una película pequeña como Techo y comida (que se hace grande cuando al verla, como una ventana a nuestra realidad social más dolorosa, te agarra por dentro). Yo no sé si eso de la vía verde será más humo sobre la habilitación del río de Málaga siempre promesa electoral, o no. Pero ojalá que de verdad esta vez sirvan esos 500.000 euros que se presupuestarían este año, del millón que presupuesta la Fundación Ciedes que costará la reinvención del cauce del río en una vía verde en mitad de la ciudad, para ir caminando o en bicicleta desde el céntrico puente de Tetuán hasta el pantano del Limonero, unos seis kms. de ejercicio al aire libre. Ojalá que eso diera ya una pronta utilidad al cauce, no sólo para la escorrentía fluvial, sino para la mejora de la ciudad y el disfrute de quienes la habitan.

No y no

Caminar por la vía verde daría para pensar por qué Rajoy le ha negado dos veces al Rey. Advertía Rafael Álvarez El Brujo anteayer en el Festival de Teatro de Málaga, en su fantástica recreación de la vida y obra de Teresa de Jesús, aquello de: Cuidado con lo que miras, porque lo que miras es lo que ves. Rajoy debiera saber que le miraban muchos votantes de su partido cuando asistió por segunda vez a la ronda para la investidura con Felipe VI. Lo que han visto esos ciudadanos, que creen en la figura del monarca y su simbolismo como jefe del Estado, es que su líder eludía de nuevo su responsabilidad de demostrar en el Congreso por qué debería ser investido presidente para el bien de España, para así no admitir una derrota en esa noble batalla.

Evasión o victoria

Pero hay derrotas que saben a victoria, como la de Rocky contra Apolo Creed en la primera de aquellas películas que ahora tiene su cierre en las pantallas, coprotagonizada por un digno Stallone que interpreta a Rocky convertido en viejo entrenador del hijo de su antiguo adversario en el cuadrilátero. Un derrotado no siempre es un perdedor. Pero el que huye€ Rajoy ha sentado un mal precedente táctico en nuestra democracia. Sánchez tendrá el foco durante un mes de negociaciones. Para bien o para mal, lo tendrá. No era nadie y no deja de estar ahí. Y no le ha dicho no al Rey. Aunque fuese verdad que Sánchez esté huyendo hacia delante para no ser defenestrado como líder en su propio partido, tras el mayor fracaso electoral del PSOE el pasado 20D, y aunque eso le haga aceptar un Gobierno en precario o fracasar hasta en ese empeño, siempre podrá responder que lo intentó por España. Y Rajoy no.

Al suelo

Pretenden pedir árnica a la ciudadanía pero hace tiempo que ésta se siente sola y no defendida por nadie. Por ejemplo, el Euríbor a doce meses, índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España, ha llegado a su mínimo histórico en tasa diaria y en negativo por primera vez en la historia. Se ha situado este viernes en el -0,002%. Aunque el recibo se mide por el mensual que está casi a cero, si no se hubiese permitido el abuso de las cláusulas suelo, hace años que las familias más asfixiadas habrían tenido ese respiro. En fin, que entierren mañana el boquerón€ Porque hoy es sábado.