El españolito medio es muy exigente. Como profesor sería un hueso. No aprueba a ningún político. El más valorado según la encuesta del CIS que se hizo pública esta semana es Alberto Garzón, que obtiene un 4,68. Eso también es muy nuestro: te aprecio pero te va a votar Rita. Ya le pasaba a Anguita y le pasó al Suárez del CDS y le pasa en parte a Albert Rivera. Rivera baja algo pero sigue siendo el yerno ideal para unos, el presidente ideal para otros, el regenerador ideal para no pocos y el tertuliano fetén para cualquier cadena. Pues saca un 3,9. Eso es lo que sacaba el que suscribe en dibujo técnico o en las matemáticas del Bachillerato. Incluso un 3,8. Claro que el que suscribe nunca ha querido gobernar a nadie ni ser yerno ni ser presidente. Ir a televisiones sí. Hubo incluso una vez que dirigí una, así que tenía que ir todos los días a la tele. «Voy a la tele» se convirtió en una frase normal en mi vida. Un día dejé de ir. Pero seguí siendo igual de poco famoso. No nos desviemos no vaya a ser que usted desapruebe ese artítulo. Uno de los más valorados es Xavier Domènech. Será por el look simpatiquete, como de buen compañero de vermú, porque pertenece a un partido que quiere dar fórmulas para romper España. A ver si la gente es que va a valorar a sus políticos por cómo de cuidada esté la perilla. No es que nos importe mucho que las cosas se rompan. Así podemos comprar otras nuevas. Pero sí es cierto que Domènech es radical. No radical en el buen sentido, es decir, el etimológico. O sea, de ir a la raíz. No, radical como hemos sido los españoles toda la vida, de actuar radical y desaforadamente. Las notas de la mayoría de los políticos españoles son de pena. Pero no les granjeará ninguna bronca en casa, que es lo que nos ha pasado a todos cuando hemos cascado una asignatura o examen. Me han puesto un dos, bien podría decir compungido un político admirable y tenaz de perfecto y atildado atuendo. Pues a ver si mejoras en septiembre, podría responderle su esposo o esposa.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Podemos, Pablo Iglesias, obtienen 3,75 y 3,78 puntos, respectivamente. El presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, es el peor valorado entre los líderes nacionales al obtener 3,08 puntos. O sea, podemos decir sin miedo a equivocarnos (ni a suspender) que es seguro que nos va a gobernar alguien a quien aborrecemos. Y eso en tiempos de nuevos liderazgos. De gente que llega fresca y joven. Pero nada. Y luego está Andrés Herzog, candidato de UPyD, que logró una nota de 3,82. El otro día anunció que se inscribía en las oficinas del INEM y que abandonaba la política. Es un parado. Que pregunten ahora por él. Obviamente seríamos más benévolos. Ahora es uno de los nuestros.