Elías Bendodo (PP) y Francisco Conejo (PSOE) se necesitan y se retroalimentan. Llevan vidas paralelas, se respetan y su especialidad es más la estrategia política que la gestión del día a día. Desde hace unos cuatro años se entretienen jugando a distancia al ajedrez y como único tablero tienen el mapa político de los 103 municipios de Málaga. No son ni Bobby Fischer ni Boris Spassky, que en 1972 se enfrentaron en la mayor partida de ajedrez jamás jugada, aunque en el tablero lo que se combatió en realidad fue la Guerra Fría; pero si son dos consumados maestros a la hora de sacrificar peones con tal de derrocar al rey opuesto en su alcaldía. Tras las elecciones municipales de 2015, más allá de los análisis partidistas y de los resultados globales, los dos escrutaron el mapa político de la provincia y empezaron a mover peones, torres y caballos por la treintena de municipios que necesitaban de alianzas para formar gobiernos con plazas tan importantes como Marbella, Mijas, Benalmádena, Torremolinos, Ronda, Vélez Málaga, Rincón de la Victoria o Nerja, amén de las mancomunidades o del propio Ayuntamiento de Málaga y la Diputación. En aquella multipartida, Francisco Conejo fue claro ganador sobre Elías Bendodo, incapaz de apartar de las negociaciones a sus alcaldes que habían perdido la mayoría absoluta y se negaban dar un paso atrás en beneficio de su propio partido. Bendodo no tuvo más remedio que dejar hacer y ahí está el resultado en Marbella, Torremolinos o Nerja. Bendodo tomó nota de la abultada derrota postelectoral a manos de Conejo y desde ese mismo día dibujó una estrategia para ir recuperando cuantas más alcaldías pueda. Pero no lo tendrá fácil. Sabe que si algunos alcaldes socialistas se mantienen estos cuatro años de mandato se consolidarán, caso de José Ortiz en Torremolinos y José Bernal en Marbella, cuya gestión, por ahora, es notable.

Tras unos meses de reconocimiento táctico del terreno, de pulsar vanidades, lealtades y confirmar rumores, las hostilidades empezaron hace unos nueves meses en Alhaurín el Grande, donde Bendodo esbozó un plan, una especie de «caballo de Troya» que permitiera a la larga desalojar a Juan Martín Serón de la alcaldía y recuperar con la expopular Antonia Ledesma el gobierno como ayer noche la militancia del PP votó a favor en una asamblea del PP en Alhaurín el Grande. Ledesma era la persona elegida por Bendodo, de hecho, pertenecía al PP, y formó parte como diputada provincial del equipo de gobierno de los populares en la Diputación durante la pasada legislatura. Durante estos nueve meses Bendodo ha estado moviendo fichas, peones y torres hasta que Serón se creyó de verdad que la moción de censura impulsada por el PSOE estaba cerrada y lo desalojaría de la alcaldía, por lo que accedió a renunciar intuyendo que el único camino era salvar a Ledesma sin conocer que ésta ya viajaba hacia los brazos del PP. Jaque mate.

A la par se reanudó una partida cerrada en unas falsas tablas en Mijas desde que el exalcalde del PP Ángel Nozal entregó en junio bajo la mirada atónita de sus diez concejales la vara de mando a Juan Carlos Maldonado, que se aupaba como alcalde con otros cuatro concejales de Ciudadanos. Una aritmética endiablada. Era cuestión de tiempo retomar esta partida tras las tablas del pasado verano, cuando en otra refriega Maldonado le retiró de forma temporal las competencias a Nozal. Ahora, con los resultados de dos auditorías sobre la gestión del PP en el anterior mandato, Maldonado lanzó un tremendo órdago al PP provincial para que cesara a Nozal y a Lourdes Burgos o les retiraría las competencias y los expulsaría del gobierno en 24 horas, lo que haría saltar por el aires el pacto de gobierno Ciudadanos-PP. Sorprendió en el PP este pulso público, pues ya Margarita del Cid, con el apoyo de Manuel Marmolejo, trataba de enderezar la situación en Mijas tras haber cerrado la operación Serón. Pero el pulso público de Maldonado dejaba poco margen de maniobra y en el PP se sabía que habría que ceder para evitar que el PSOE -Conejo olía sangre y acudió a Mijas para añadir más tensión- maniobrase para dinamitar el pacto con el PP y entrar ellos en el equipo de gobierno. Tras un jueves y viernes de negociaciones, el próximo lunes se hará público que Juan Carlos Maldonado firmará el decreto por el que le retira todas las competencias y la tenencia de alcaldía al popular Ángel Nozal, que mantendrá su acta de concejal pero fuera del equipo de gobierno.

Con esta partida ya medio jugada, Bendodo sorprendió a Conejo con otro movimiento en Pizarra y cerró una moción de censura con IU para desalojar a la alcaldesa socialista, Ana Berlanga, y situar al diputado provincial del PP Félix Lozano como futuro alcalde.

Bendodo, ayer, se relamía en la calle Larios. Durante un acto del PP ironizaba que la semana empezaba con el viento a favor de Conejo y que terminaba con la alcaldía de Pizarra para el PP, la de Alhaurín el Grande en el bolsillo y sacrificando a Nozal como peón.