Mafias, más que partidos, por Luis Enrique Veiga Rodríguez

El juez que investiga la trama de corrupción de Valencia ha decidido imputar a todos los concejales del PP en el consistorio de la ciudad del Turia. Un hecho insólito que demuestra, una vez más, cómo el partido que aún ostenta el Gobierno habría utilizado el dinero público para autofinanciarse. Y hablamos de hechos como la corrupción que durante mucho tiempo han estado en el candelero en dicha comunidad en la que la fiscalía y policía (que sobre el papel han de garantizar el cumplimiento de la ley) venían enzarzados en algún momento en una agria polémica sobre su no persecución, y en el sentido de que tal vez no eran del todo desconocidos. Si tal cosa resulta en si misma descorazonadora, se acrecienta en cualquier caso la sensación de impunidad para estos enemigos de lo ajeno. Mafias, más que partidos que actúan como auténticas organizaciones criminales ¿Será cierto, como dicen, que la justicia anda tan mal porque los jueces «fallan»? A veces me levanto pensando en que puedo estar tranquilo porque vivo en una democracia formal donde la policía vela por mi seguridad y la justicia lo hace por mis derechos. Nada de eso es real. Estoy ante una ficción distópica (Orwell) en la que miren por donde, como todo es política, el humor también lo es y la mirada que sobre él se despliega ha dado lugar a hechos como la decisión de la justicia al encarcelar a los titiriteros que supuestamente hicieron pública apología del terrorismo. Cuando estás ante gente que se «ofende» por cualquier cosa al punto de que no se te permite ser espontáneo, una sátira siempre resultará enaltecedora porque la mirada de quien censura no añade el humor sino que lo objetiviza y descontextualiza. Esta obligada, o impuesta corrección política conduce según nos refiere Monty Python -célebre cómico- a la sociedad anunciada por George Orwel en su novela 1984, en la que la falta de libertad de expresión conduce al Estado policial. El hecho no parece corresponderse en cuanto a diligencia en la persecución del saqueo de las arcas públicas, el blanqueo de dinero negro o la corrupción de los partidos, aclarando cómo los ahora detenidos habrían venido utilizando sus puestos para financiar supuestamente al partido.