No se ha ido aún el invierno y tenemos ya una ligera capa de arena sobre la ciudad que nos recuerda que estamos a tan sólo 15 kilómetros del desierto. Si llueve será un barro lo que quedará, lo que nos recuerda que en Málaga somos muy de embarrarnos cada poco tiempo. Barros como los de Limasa que de nuevo vuelven a casa pero no por Navidad sino por Semana Santa, y nos recuerdan que hace falta un terremoto que remueva la situación y la solucione. Terremotos llevamos muchos en este 2016 lo que nos recuerda que por muy firme que pisemos, muchas veces somos más frágiles de lo que creemos. Bajo el firme va el metro normalmente, aunque no hasta el Parque Tecnológico, lo que me recuerda que cuando un metro no va bajo el firme, sino que va sobre la superficie, no es un metro, es un tranvía. Si no llegamos al Parque Tecnológico en metro a lo mejor es mejor que el Parque Tecnológico venga al Centro, lo que me recuerda que cada vez más empresas se están implantando en el Centro Histórico de la ciudad: tecnólogos, tiendas, hipsters etc, y el entorno de Nosquera, Andrés Pérez será un nuevo centro de referencia. Por otro lado, en el Centro están los que no pueden dormir por la cantidad de ruidos, lo que me recuerda que el Centro Histórico se convierte en centro histérico. Histéricos y nerviosos estaban en el PP con la legislatura en minoría que les esperaba, lo que me recuerda que parece que se van a aprobar los presupuestos gracias a esa doble labor de C’s de gobernar y ser oposición. Es como coger un pájaro lo suficientemente fuerte para que no se escape, pero lo suficientemente suave para que no se muera, o lo que es lo mismo, una de cal y otra de arena. Arena que parece que está llegando del desierto y se está quedando como una fina capa en la ciudad, lo que me recuerda que así empezaba este artículo.