DONDE LAS DAN... LAS TOMAN

Mira por dónde, ahora el presidente en funciones, Sr. Rajoy, y su ministro de Interior, Sr. Jorge Fernández Díaz, creen que se está orquestando una campaña en contra del PP, porque el Poder Judicial, (antes sólo suyo), está actuando de forma muy contundente contra presuntos corruptos que van apareciendo de su formación política, trascendiendo sus investigaciones a la opinión pública, lo cual, según los populares, no respeta el secreto de sumario que contempla cada caso.

Excepto en sus aún tribunales Constitucional y Supremo, los jueces de la Audiencia Nacional están empezando a despolitizarse al estar ya convencidos de lo veraz de las tramas corruptas del PP, y por ello agilizan sus gestiones omitiendo el citado requisito de la adjudicatura, porque, (es mi parecer), pronto concluirán con una más que probable acusación oficial, dados los indicios y pruebas que obran en su poder.

En contra de los ahora expresident de la Generalitat de Catalunya, Sr. Artur Mas, y el exalcalde de Barcelona, Sr. Xavier Trías, se utilizó la maquinaria del Ministerio de Interior y medios periodísticos afines, sin respetar ningún «secreto de sumario». Publicándose la acusación de tener un presunto dinero en Suiza, lo cual pudo desmentirse oficialmente, pero sin reparar el daño que sus intenciones perseguían en las urnas de unas elecciones autonómicas catalanas, e hizo dudar de su inocencia a la opinión pública.

Se solicitó oficialmente al Ministerio de Interior aclaraciones sobre unos documentos que resultaron ser falsos, pero que se publicaron, a lo cual Fernández Díaz respondió, «haciéndose el sueco», que no sabía de dónde habían salido estas falsedades e injuriosas pruebas, concluyendo el asunto con un borrón y cuenta nueva.

Que en Moncloa no se extrañen, ni hagan teatro despistando su gravísimo problema corrupto, porque, dado el delicado momento de investidura, ello no favorece en absoluto su futuro.

Lluís Vinuesa SerrateMálaga

GANA EL VOTO TÁCTICO, PIERDE LA INTRANSIGENCIA

Estaba cantado que después del 20-D no había margen de maniobra, por lo tanto, no es de extrañar, que los ansiados pactos no hayan sido más que «postureo» político sin el más mínimo recato y tomando por tonto al respetable. Es de destacar la obstinada cantinela del PP con aquello del partido más votado, aunque se lleva la palma el incansable discurso de Pablo Iglesias exigiéndole a Pedro Sánchez un «gobierno de progreso» mientras le reprochaba su actitud inane frente a sus barones, sin reparar en que dentro de sus filas Ada Colau se presentaba como tal, amenazando con formar un partido político en Cataluña si la cuestión del referéndum por el derecho a decidir se apartaba de los acuerdos. El caso es que, con errores de última hora o sin ellos, el documento firmado entre PSOE y Ciudadanos, es un remake transversal que puede ser asumido por la mayoría de votantes de izquierda y de centro y, no así, otras cuestiones más domésticas. Queda claro que habrá elecciones el 26-J y es seguro que ganará el voto táctico y perderá la intransigencia. ¡Ah! El quién es quién lo ponen ustedes.

Francisco Javier España MoscosoMálaga