Me pregunto qué se esconderá detrás del caso de la piscina de Conejo. Si le preguntara a cualquier amigo afiliado a un partido me diría que la justicia siempre va por su lado y que simplemente es lo que los jueces dicen y bla, bla, bla.

Pero no me lo trago. Yo, que no soy sospechoso de defender al PSOE, creo que la artillería que se está descargando contra el caso de Conejo parece dispuesta a ocultar o evitar algo, más que a denunciar los hechos.

Los hechos son que Francisco Conejo, responsable del PSOE en la Diputación, se hizo una piscina sin cumplir todos los trámites legales con el Ayuntamiento. Mal. Sobre todo ahora que hacer una reforma menor no es tan complicada administrativamente hablando, al menos en Málaga. Por otro lado, mal porque siempre hay que contar con los técnicos para realizar los documentos y proyectos pertinentes. Pero no es eso lo que me extraña ni juzgo.

Lo curioso es que se ha usado pólvora de todo tipo contra este caso mientras hay otros que ni se nombran, y ya se sabe, decidir sobre qué informar es la forma más potente de opinar.

Se han usado todo tipo de armas, potentes e incluso caseras.

A Conejo le queda la opción de coger el toro por los cuernos asumir sus responsabilidades, que dudo que tal y como está el listón suponga mucho, o la opción del y tú más e intentar que su homónimo en la Diputación sufra la misma medicina que está tomando Conejo.

Cuando queríamos que la nueva política llegara no era para que estas cosas siguieran pasando sino todo lo contrario. La posible inestabilidad en la Diputación no se puede resolver con floretes ni armas de fuego sino hablando. Menos duelos y más diálogos.