Málaga ha pasado en semanas de monopolizar todos los informativos de televisión nacionales por ser la ciudad española con más calidad de vida a enseñar casi en directo todas nuestras miserias, nuestras basuras. Lo que ha sucedido esta noche en la asamblea de trabajadores de Limasa para votar si aceptan la más que aceptable oferta por parte de la empresa y del Ayuntamiento es indignante para los ciudadanos de Málaga. Los trabajadores han votado con seguir con la "locura" de una huelga de basura que cumple ya una semana y que acumula más de tres mil toneladas de basura en las calles de la ciudad. La asamblea empezó pasadas las 21.30 horas de la noche en Los Ruices al grito de "alcalde dimisión" o "sí se puede" y con innumerables abucheos en la asamblea al explicar el comité de empresa que no recuperarán el dinero de la huelga. Irracional todo, sin duda.

Málaga no puede ser un rehén de los trabajadores de Limasa, que han rechazado la oferta municipal y prefieren seguir con una huelga muy dañina para la ciudad pese a que en la oferta se recogen casi la totalidad de sus demandas. Veamos. Le han ofrecido que todos los trabajadores indefinidos descansarán los sábados y domingos (increíble, cuando es un trabajo de siete días y en todos los sitios se rota, ¿se imaginan que la policía diga que no trabaja en fin de semana?); que podrán tener más días de vacaciones en verano que en invierno (no sabían que tenían en total 36 días de vacaciones); que la paga de productividad se queda en 1.143,45 euros; que la empresa, tiene narices, les retira todas las sanciones a los trabajadores que realizaron una huelga ilegal el pasado 18 de enero cuando decidieron de forma unilateral que no salían a trabajar; que podrán recuperar trabajando un sábado la cuantía que les restaron por hacer una huelga ilegal de un día y se oponen, tienen narices, a que sea personal eventual y dominguero los que realicen los hipotéticos trabajos de retirada de basura para ser ellos, los indefinidos, los que recojan las tres mil toneladas ya que se pagarán horas extras.

La ciudad de Málaga no puede estar en manos de un grupo de trabajadores, que sí pueden reclamar sus derechos, pero que parecen que son ajenos a la situación laboral de Málaga, de Andalucía, de España y se niegan a ceder en cualquiera de sus reivindicaciones pese al enorme daño que están realizando al comercio, a la hostelería y los ciudadanos. Han montando un chiringuito a base de huelgas, de amenazas y entre la ciudadanía de Málaga ya va calando que son unos privilegiados. Yo no diría tanto, pues tienen razón en algunas de sus demandas, pero lo que ha sucedido esta noche es un atentado contra toda la ciudad de Málaga y más cuando incumplen también los servicios mínimos pactados con excusas de roturas de camiones, fallos técnicos...

Ellos sabrán hasta donde quieren llevar el pulso, pero cada día que pasa tienen menos apoyos sociales y es por tensar la cuerda más de lo que la goma aguanta. Madre mía, qué despropósito.