Las 00.15 horas del uno de enero de 2035. Los representantes del comité de empresa de Limasa y del Ayuntamiento concluyen un receso en el que han tomado las uvas y han brindado con cava por una pronta resolución del conflicto. Todos llevan armaduras. Las partes anuncian brevemente a los informadores que el acercamiento es casi total y que sólo se discute ya una pequeña discrepancia sobre las nuevas zonas de la ciudad que habrán de ser clausuradas definitivamente y acerca del uso al que se destinarán las diez sedes militares construidas durante la pugna para el acuartelamiento de las tropas. Las previsiones apuntan por tanto a que esta reunión será ya muy breve y que de ella saldrán en torno a diciembre de 2036. En esa fecha, los alcaldes, gobernadores, tiranos de zona, delegados de insalubridad y jefes del comité podrán presentar el acuerdo al Gran Caimán para que lo rubrique de un salivazo.

En la última entrevista concedida, el Gran Caimán, que dijo necesitar ya sólo mil toneladas de basura al día para continuar creciendo, aceptó un repliegue de sus congéneres siempre que se les garantice que, como hasta ahora, Ciudad Vertedero, les será un territorio exclusivo de no menos de cien hectáreas en el lado Este de la desembocadura del Guadalmedina.

El Gran Caimán ha reiterado también sus deseos de paz con el País de las Ratas, cuyo caudillo, Horribilis Peludo, marcó definitivamente la frontera exterior de su territorio desplazando la noria del puerto, que trasladó en su lomo, al inicio de la antaño conocida como calle Larios, cuyo perímetro puede aún reconocerse pese al incendio de 2021.

Aquel siniestro dejó a la ciudad sin cucarachas, perros, loros, gatos, toros, cojos y pajares. Cuando despunte el día, una comisión de los repobladores que fueron traídos del Norte de España junto a la gerencia del Consejo de Leprosos y la banda de los sin llagas renudarán las negociaciones con la Asociación de Comerciantes, que nuevamente se ha prestado a una bajada general del precio de la penicilina y las mascarillas, los condones, la carne picada de antílope, los sellos, la cordura y la mermelada de mierda.