La Junta de Andalucía lleva más de un año sin recibir subvenciones de la Unión Europea por irregularidades, según pudimos conocer ayer tras la declaración de María Teresa Arrieta Viñals en la comisión de investigación sobre los cursos de formación. De esto podemos sacar varias conclusiones.

1- Que las comisiones de investigación sí que sirven para algo. Está claro que no todo el mundo leerá estas noticias ni sabremos tantos datos como cuando tenemos campaña electoral, pero al menos algo vamos avanzando, por cierto gracias a la nueva política, porque es Ciudadanos quien consigue que estas comisiones avancen.

2- Que Susana Díaz podría darle la misma importancia y publicidad a esto que a sus planes en Madrid. Vamos a empezar a pensar que se quiere ir porque no quiere bregar con el pastel que tiene en Andalucía. No recibir subvenciones de Europa, para Andalucía, es una asunto muy grave.

3- Que alguien avise a los del PP. Creo que andan por las calles pidiendo firmas para eliminar el impuesto de sucesiones, como si repartieran cromos a la puerta de un colegio, todos los niños los cogen, muy pocos terminan el álbum y a nadie le supone nada significante en su vida.

4- Que lo que pasaba en la Junta de Andalucía no podía ser cosa de cuatro gatos, ni puro azar, ni mucho menos un asunto por no vigilar bien. Más bien aquello era como el laboratorio de Walter White en Breaking Bad, un caos, explotaba de vez en cuando, cambiaba a menudo de socios, pero al final salía un producto muy bueno que daba para repartir para todos.

Quizá no haya un sólo Walter White en la Junta pero los papeles de las subvenciones no se rellenan solos, como tampoco la metanfetamina crece en los árboles.