Libertad por festejos taurinos, por Antonio Morales Pino

Quiero expresar mi apoyo solidario por la concentración habida en Valencia, a favor de la libertad, que hubieran de tener los ciudadanos, por ir a la Fiesta de los toros: que en una parte de España han prohibido. No deja de ser curioso que sea en Cataluña donde grupos de nacionalistas, instalados en el poder, sean los grandes prohibidores de una fiesta por la que habría de existir libertad, porque la gente aficionada, pudiera ir a las corridas de toros, por no se qué defensa de sufrimiento animal. Y, sin embargo, tengan tanta laxitud y permisibilidad por las clínicas abortivas, porque allí pudieran raspar vidas humanas en formación. La fiesta taurina es de gran arraigo en muchas partes del mundo, donde muchas gentes quieren ir a los espectáculos realizados con los toros. Es atractivo de artistas, que encuentran motivos de inspiración, en la Fiesta: de emociones y sentimientos: músicos, pintores, poetas, escultores, proyectan su obras con motivos taurinos. En este sentido, habría de existir la libertad, porque la gentes pudieran ir o no. Si fuese antieconómico por sí mismo desaparecería. En la Monumental de Barcelona se han visto grandes faenas taurinas. Y el que algunos nacionalistas, grandes raspadores de presupuestos, quieran prohibirlas no es justo. Esto hay que entenderlo. En su afán por realizar «desconexiones» de esta afición que los une a España. En que ya ni respetan la libertad, por la convivencia en el uso vehicular idiomático en colegios, hospitales.