Internet y los terremotos, por Antonio Romero Ortega

Se está pasando por alto, en el acelerado paso que la era digital supone como salto de una civilización a otra, la cruz de la digitalización. Entre estas cruces se encuentra la superabundancia de datos a menudo contradictorios entre si. Voy a referirme a la información referente a los últimos terremotos ubicados en el mar de Alborán. Algo que debe darse con precisión matemática como es la magnitud de un terremoto o un seísmo no puede admitir varias versiones y, sin embargo, se han dado datos diferentes sobre lo que no admite discusión. Recuerdo con nostalgia los sobrios boletines informativos de antaño, tan precisos. Ante esta avalancha de «información», confío más en las impresiones personales de una sola persona sensible. De hecho, por las réplicas de los terremotos que yo noté en mi lecho, sabía que muchos de los datos que al día siguiente avisté en internet, eran erróneos. Como decía mi madre, cuantos más gatos, más ratones.

Terrorismo y política exterior, por Francisco Javier España Moscoso

De nada sirve un despliegue exagerado de fuerzas del orden y ejército, si éste se produce siempre a rebufo de los hechos; pero lo más patético es ver a los ministros de interior de la UE mirándose las caras en actitud inane y reconociendo el mea culpa. Somos muchos los ciudadanos europeos que llevamos tiempo denunciando la ausencia de una política exterior común en la Unión Europea que aborde los problemas con total autonomía de la que nos impone EEUU, que en el caso sirio es de claro favor a los postulados expansionistas turcos e israelíes en la zona. Los hechos y los cabos sueltos avalan que Europa está pagando las consecuencias de «dejar hacer» a la inteligencia americana e israelí; ya no vale quejarse, hay que actuar y hay que hacerlo con celo e independencia.