Hoteles prácticamente llenos, las calles a rebosar de turistas y los touroperadores gestionando ya reservas para el verano. Esta es la estampa en Málaga tras una Semana Santa que ha sido de récord con más visitantes y noches de hotel contratadas. Tan buena es la situación según el sector que los hoteleros de la Costa del Sol ya han subido los precios un 25%, llegando a 94 de media y hasta 150 en Marbella. Un aumento de las tarifas que no se producía desde hace ocho años.

La alegría vuelve al sector en casi todos sus parámetros. Pero es ese casi la gran asignatura pendiente. La contratación de los trabajadores que hacen posible que el motor turístico siga funcionando no ve reflejado aún ese optimismo. La temporalidad y precariedad continúan siendo habituales, como denuncian los sindicatos, y hay situaciones realmente duras. Es el caso de las camareras de piso de los hoteles, las encargadas en la práctica de que cada huésped recree la sensación de estar estrenando habitación cada día de su estancia. Estas trabajadoras, la mayoría con años de experiencia y miles de camas hechas a sus espaldas, cobran hoy por hoy dos euros la hora en los hoteles de la misma Costa del Sol que habla de excelencia y calidad, aunque la situación se extiende al resto de zonas turísticas españolas. Según el sindicato CCOO, detrás estaría la tendencia al alza de encargar este servicio a empresas externas que se guían por sus propios acuerdos y no por el convenio colectivo para establecer los salarios de las trabajadoras.

Pero las que limpian los hoteles, como las llama Ernest Cañada en el libro que ha publicado sobre el tema, no están dispuestas a seguir calladas. «No pedimos la luna» o «Que alguien nos explique donde está la conciliación», son sólo un par de las frases que pueden leerse en el perfil de Twitter @LAS_KELLYS, que han creado para visibilizar su situación a través de las redes sociales. Quieren que se ponga freno a jornadas interminables o turnos de hasta quince días sin descansar que están provocando que el 90% tengan que dejar su trabajo antes de la jubilación por enfermedades relacionadas con el sobreesfuerzo que realizan, a cambio de dos euros la hora. No son las únicas que necesitan que sus condiciones laborales mejores, pero un sector al alza como el turismo no puede permitirse dejar a nadie atrás. Toca reaccionar.