El viernes terminó la andadura del Unicaja en la Euroleague. Y terminó con una prestigiosa victoria frente al Fenerbahce de Obradovic. Bien es cierto que los turcos, ya clasificados desde hace semanas, estaban pensando más en el Real Madrid y el play off que empezará esta semana que en el partido del Martín Carpena. Pero de eso nadie se acordará y el resultado perdurará en el tiempo como el último partido ganado en Euroleague por nuestro equipo.

Han sido dieciséis años en los que hemos visto en Málaga a los mejores jugadores y entrenadores de Europa. Por aquí han pasado equipazos con presupuestos súper millonarios construidos con el único objetivo de ganar esta competición.

Entre todos estos años recordaremos aquella Final Four que disputamos en Atenas. Ese logro fue una enorme fiesta para todos los aficionados al baloncesto en Málaga. Grande fue la victoria en el play off que daba la clasificación a aquella Final Four. ¡Cómo estaba el Carpena esa noche! Nos enfrentábamos al FC Barcelona y disputábamos el tercer y definitivo partido en casa (antes se disputaba ese top ocho a sólo tres partidos y no a cinco como ahora). El ambiente fue tremendo. El partido igualadísimo. Lo decidió Pepe Sánchez con un triple estratosférico que nos hizo llorar de emoción. Este partido ha sido, sin ninguna duda, el partido más impresionante que yo haya vivido en mi vida.

Pero el logro más importante que hemos conseguido en esta andadura por Europa ha sido ganarnos el respeto de todo el baloncesto europeo. Los mejores equipos han tenido que hacer su baloncesto más brillante para llevarse la victoria de nuestra cancha. Esto es un detalle de gran importancia y que no se gana en un año ni dos. Todos saben quien es el Unicaja y su afición. Todos saben que si te relajas aquí palmas el partido.

Podemos hablar largo y tendido si es justo o injusto que Unicaja quede fuera del nuevo formato de competición que se abre la temporada que viene. Méritos en la cancha para estar entre los mejores dieciséis de Europa creo que hicimos sobrados. Pero lamentablemente esto no es lo más importante. La nueva realidad presupuestaria no nos hace estar entre los mejores de Europa. Y esto a pesar de tener al mejor sponsor de todo el continente. Unicaja siempre ha apostado por el baloncesto y lo ha hecho a lo grande. A pesar de que el presupuesto de ahora no es el de años anteriores, sigue mostrando un esfuerzo brutal por mantener al equipo lo más arriba posible. Esto es innegable. Pero, por desgracia, no es suficiente para competir con equipos que tienen clubes de fútbol delante, o con los poderosos de Turquía, Rusia o Grecia.

Volver a la Euroleague no será fácil. Más bien todo lo contrario. Hay dos caminos. El primero, ganar la Eurocup. Para ello debemos acabar esta temporada la Liga ACB en sexta posición, algo que todavía no está conseguido. Después, quedar campeón la temporada que viene de esta segunda competición europea. Y esto tampoco será sencillo. Sólo hay que preguntárselo a Valencia, Milán o Maccabi. O a Gran Canaria, que lleva dos temporadas quedándose a las puertas de lograr el objetivo.

El otro camino es a través de la ACB. Sí. Parece ser que la promesa es que a partir de la temporada 2017-2018 el cuarto clasificado de nuestra competición doméstica tendrá plaza para participar en la Euroleague. Esto tampoco será sencillo. Hay que tener en cuenta que Real Madrid, Barcelona y Baskonia tienen plaza asegurada. Esto implica que ganará esa cuarta plaza el equipo que consiga la posición en la clasificación más alta sin contar a estos tres clubes. Es decir, debemos estar siempre por encima de Valencia, Gran Canaria o Bilbao.

También queda saber si el nuevo formato de Euroleague se va a mantener por muchos años. Esto todavía puede dar algunas vueltas en el futuro.

Esperemos que los años sin estar en la máxima competición europea sean los menos posibles y que pronto pasen nuevamente por nuestra ciudad los mejores equipos del continente. El sueño sería hacerlo teniendo un equipo con capacidad para llegar a otra Final Four, como hace años. Pero por ahora esto será eso, sólo un sueño.