Algunas fuentes del PP malagueño expresan su convencimiento de que Manuel Barón, alcalde de Antequera, podría ser el número uno de ese partido por Málaga al Congreso. Como una prueba de ello exhiben el hecho de que protagonizó un foro-desayuno en la capital hace pocos días al que acudió lo más granado. En fin, no es esa la mejor defensa de Barón, y sí su gestión. Es un excelente alcalde. Ese desayuno es de paganini y lo más granado se entiende que es lo más granado del PP. La dirección provincial tiene la tentación de urbanizar a Barón. No es que le vayan a construir un ático en el hombro. Es que lo van a utilizar como a García Urbano: para joder a Celia Villalobos. La exalcaldesa ya ha dicho que querría ir de uno. Para meterle el dedo en el ojo a Moreno Bonilla y a Bendodo lo dice, sabiendo además que Urbano no está contento, no es lo que quería ser (ministro) y además no puede compatibilizar el escaño y el ser registrador de la propiedad (se lo va a impedir la comisión del Congreso que estudia estos casos y además no está bonito). Aparte de no poder ni verla, el dúo pepero rector citado anteriormente quitó a Villalobos (postergó, no eliminó, que tampoco se trataba de eso) también por ejercer una saludable y necesaria renovación. Pero es lo que tiene a veces que renueven a alguien: que viene con energías renovadas. Y ahí está Celia, batalladora y dispuesta, creándole de nuevo un problema al PP provincial. Con todo, no es sólo el nombre de Barón el que circula por los cenáculos, en algunos de los cuales, dados los nombres que exhiben no se privan de vino. Barón sería un magnífico uno pero pueden encontrarse con el mismo problema: lo que de verdad le gusta es ser alcalde de Antequera. Eso sin entrar, o bueno, entrando, en las apetencias que puedan tener Ángeles Muñoz, Esperanza Oña, Patricia Navarro o Joaquín Villanova, entre otros, y sin olvidar a algunos de los que antaño fueron hombres de confianza, pretorianos, de Bendodo y que ahora están un poco postergados. Al menos en actividad mediática. La maquinaria del PP, al igual que la de otros partidos, ya se ha puesto en marcha. No falta quien esgrime el argumento de que no hay tiempo para nuevas cuitas y elaboración de listas. O sea, que repitan los mismos. Otros son más de Barón y cuenta nueva.