Recoger a mi hijo del cole. Eso es todo, casi. Últimamente todo se ha relativizado en mi vida con ese único objetivo, recoger a mi niño de cinco años cada mediodía en el colegio. Esos 15 minutos largos, el comentario de Rafa, su monitor de comedor que juega al baloncesto, sobre cómo ha comido y cuál ha sido su comportamiento, la posterior revisión de alguna nota que su seño Montse haya dejado en la mochila que reviso cuando ya estamos en el coche, y por fin el capítulo no sé cuántos de los cuentos que nos inventamos con minions y panteras rosas y piratas, todos mezclados, mientras llegamos a la casa de mami… Y así hasta llegar al beso. El beso de «Hasta mañana, hijo».

Festival. Duele y alegra volver a la supervivencia armado solo con la sonrisa de tu niño, «Mortal y rosa» en la puerta del colegio, en el umbral más humano de Umbral. Llegar al Festival de Málaga el día del comienzo (aunque llevemos meses comenzando algunos de quienes tenemos el privilegio de trabajarlo), y que al llegar te salte el magnetotérmico y se vaya un poco a la mierda el ordenador pero llegue Goku y lo arregle. El tío sabe de tramoya teatral y electricidad a partes iguales (y de reírse como se reiría cuando su madre lo recogía del colegio, supongo, porque se le pone esa cara como de niño todavía cuando se ríe). Decenas, cientos de personas entran y salen de las oficinas con caras alegres frente a nuestras caras de sueño para recoger su acreditación, para preguntar, comprobar, saludar, para decir o sólo hablar. El teléfono tampoco calla. 19 años van…

400º aniversario. En el Archivo Municipal de Málaga se expone una edición de 1780 de El Quijote. Por este sur anduvo recaudando impuestos el manco de Lepanto, que nunca perdió la mano en aquella batalla y nunca tuvo esa cara que le pintan inventándosela por referencias literarias. Cervantes también soldado, espía, escritor y pobre. Murió pobre y sin éxito literario. Cervantes excomulgado por dos veces por pedir tributos a la Iglesia (algo no tan lejano a nuestro tiempo, qué tiempo tan gerundio nuestro tiempo, debiera existir el verbo «tiempear» para poder decir que siempre vivimos «tiempeando»). De todas estas cosas sabe Garrido Moraga, sobre todo como profesor de literatura y exdirector del Instituto Cervantes en Nueva York, antes de Muñoz Molina. De Vélez Málaga llega esta mañana Garrido, actual director del Patronato María Zambrano, para conmemorar en la sala 1 del cine Albéniz la centenaria muerte del mayor genio de la literatura española. «¡Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido! Porque, si yo no me engaño, la tierra que pisamos es la de Vélez Málaga…» (Capítulo 41. El Quijote, 1ª Parte)

Gastroweekend. Los manjares de Cervantes es una de las propuestas con las que el 19º Festival de Málaga conmemora también el centenario cervantino. La acoge la sección Gastroweekend, que intenta sorprender a los espectadores ofreciéndoles cine, teatro, tertulia, música y sabor en directo (la música de Radio Pesquera mañana, dedicada a Galicia con la película Cocinando en el fin del mundo y el sabor de los deliciosos «petiscos» de los cocineros Michelin Pepe Solla y Javier Olleros). La compañía Teatrapo trae hoy este «gastroteatro» basado en textos cervantinos y adobado con el magisterio culinario del televisivo Pepe Rodríguez, máster chef del restaurante El Bohío, autor de los variados y lujosos «duelos y quebrantos» que han seguido la senda castellana hasta la alfombra roja de la calle Alcazabilla en una furgoneta catering.

Diana y el Perdón. Anoche, en uno de los momentos de la gala de inauguración dirigida con apasionado oficio por Paco Caraballo y su gente, el Teatro Cervantes (más Cervantes en este cuatricentenario de Shakespeare y Cervantes) sangró con el dolor de Amantes (Vicente Aranda, 1991), la Película de Oro de este año Los espectadores asistían arrobados a la presencia de Diana Navarro en cuyo vestido blanco se proyectaba la sangre que perdía en la pantalla aquella muchacha Maribel Verdú, asesinada, muriendo dulcemente en aquel banco solitario de la película, mientras caía la nieve «sobre los vivos y sobre los muertos» (como dejó escrito James Joyce en uno de sus cuentos Dublineses, llevado luego al cine por John Houston). Diana cantaba en primicia El perdón, uno de los temas de su próximo disco, Resiliencia, que saldrá a finales de mayo. «El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe», es una frase que se le atribuye precisamente a Shakespeare, el otro celebrado este día (coincidencia en el calendario gregoriano o juliano aparte).

Recoger a mi hijo del cole. Eso es todo. Casi… Porque hoy es sábado.