Cartas al director

El trabajo se ha convertido en una preocupación de primer orden para el ser humano. Un ser humano que, según «los expertos», necesitará en el futuro adaptarse al «mercado» y «reinventarse» para tener acceso al trabajo. Lo que no nos aclaran los expertos es ni el por qué ni el para qué de tal esfuerzo adaptativo. Bueno, el para qué si que lo explican -los empleadores se lo explican-, pues es para adaptarse a las necesidades del mercado (globalizado, por supuesto), donde han de pelear, sin tregua, grandes capitales e intereses.

De lo otro, el por qué de tal «reinvención humana», no se esperan explicaciones que se sepa, pues para ello se debieran atender previamente cuestiones filosóficas -¡y horror, no!-, como el sentido del trabajo y otras menudencias por el estilo.

Lo que interesa, de momento, es aquello que podemos hacer mejor que las máquinas, además, claro está, de cómo hacer para tenernos ocupados y medrosos. Encogidos o inconscientes del alcance real de la situación.

Gerardo Hernández Zorroza. Málaga