Desde siempre he leído y escuchado que un equipo se construye a partir de tener en la plantilla un buen base y un buen pívot. Esta teoría la desarma, por ejemplo, los Bulls de Michael Jordan, que jugaban sin base puro. Igualmente echa por tierra esta afirmación el famoso small ball, que tan de moda se está poniendo en la NBA, que no es otra cosa que jugar con cinco pequeños a la vez, sin pívot. Sin ir más lejos, los actuales campeones de la NBA, los Warriors de Curry, juegan muchos minutos en diferentes partidos sin pívot.

De todas formas, cuando diriges un club profesional, siempre tienes la posibilidad de construir tu equipo a partir del pívot y del base. Es más, todos los equipos tienen un pívot y un base. Después está que los utilices o no o que sean básicos o no en tu estructura de juego. Tienes esa posibilidad porque puedes fichar al base y al pívot que quieras o puedas en función del poderío económico que tengas. El mercado es amplísimo y sólo tienes que buscar el mejor base y el mejor pívot (o los que más te gusten) ajustándote a la partida presupuestaria que tienes para ellos. Cuando entrenas a un equipo de cantera esto es imposible. Cuando empiezas la temporada y el coordinador de tu club te hace responsable de una generación de chavales, entrenas a los que se inscriben en el equipo. Dificilmente puedes seleccionar los que más te gustan porque no puedes descartar a nadie. Que entre esos chavales haya un buen base ya tiene enorme dificultad. Que haya un buen pívot es una utopía. Por eso yo creo más en dos conceptos que son fundamentales para construir ese equipo. El compromiso y el respeto.

El compromiso implica a todas las partes del equipo (jugadores, entrenadores y padres). Es importante que exista compromiso entre esas partes que forman el equipo pero lo básico es el compromiso de todos con el equipo. Este compromiso es como un contrato ficticio que todas las partes firman antes de iniciar la temporada, contrato que deben respetar mientras dure el año. Nosotros los entrenadores debemos marcar los aspectos que ese contrato ficticio recoge y tenemos la obligación de enseñar tanto a nuestros jugadores como a sus familias la importancia de no saltarse ninguna norma establecida por el código interno del compromiso del equipo. La puntualidad, no faltar a entrenar sin motivo justificado, avisar cuando no puedes asistir al entreno, no anteponer cualquier circunstancia a la asistencia de un partido, poner el máximo esfuerzo... Estos pueden ser aspectos básicos que definan el compromiso de un equipo. Lo más importante sin duda es que tú como entrenador seas el primero en cumplirlos y dar ejemplo y que todos tengamos presente que si fallamos en alguno de estos aspectos fallas a tus compañeros, fallas a tu equipo y el rol que todos tenemos en el equipo es fundamental para ganar. Hay que hacer todo por el equipo y sin pedir nada a cambio. Todos estamos al servicio del grupo.

El otro aspecto básico para la construcción de nuestro equipo es el respeto. No es fácil conseguir que todos los jugadores sean amigos. En muchos casos la relación que hay entre ellos está basada en las horas que se ven en la cancha. Fuera de la cancha no tienen relación. Sus amigos de verdad son sus compañeros de clase o los chicos que viven en su urbanización. Es evidente que si existe esa relación fuera de la cancha es mucho más sencillo crear equipo y ese equipo posiblemente tendrá unos cimientos mas solidos. Pero no es necesario. No vale decir que como no son amigos de ir al cine juntos el equipo es un desastre en defensa.

Sí es obligatorio que todos los componentes del equipo se respeten. No pasa nada si algunos miembros no se caen bien siquiera. Pero cuando estamos entrenando o compitiendo, todos estamos en el mismo barco y cooperamos juntos para conseguir el objetivo común que no es otro que ganar. Igualmente que con el compromiso, es muy importante que el entrenador sea el primero en respetar a todos sus jugadores y enseñar a sus chicos a respetarse entre ellos.

Después está el talento, la técnica individual, el desarrollo físico, la defensa de equipo, tener tiradores y todo aquello que se te ocurra. Pero los pilares que harán que todo eso tenga fuerza y sentido son el compromiso y el respeto.