La historia del PCE tras la caída del comunismo (otra expresión sería eufemística) es la de cómo se disuelve una piedra en otro líquido sin dejar de ser. No lo había logrado con Izquierda Unida, genial invento de Gerardo Iglesias incomprendido por las bases y el viejo aparato, y no lo logró mucho después el otro Iglesias en su primer intento de comerse la piedra. Ahora ésta se ha reblandecido un tanto de puro cansancio, y el segundo intento ha salido, aunque está por ver el resultado. Son dos geometrías, una difusa y extendida, y otra concreta y concentrada, las que han decidido formalizarse en pareja de hecho. Siendo esto así, la operación no puede calcularse en aritmética (3+1=4), pues las adiciones geométricas responden a otras leyes. La figura final, tras el paso por el puchero, podría ser más grande que la suma, pero también más pequeña: ¿hincha o mengua al cocer en la urna?