Besos y finales felices en una semana que esta noche, Noche en blanco en Málaga, mirará a las estrellas. Se han ido las nubes que han salvado el campo con esta lluvia de días que ha caído «como agua de mayo». La semana nublada comenzaba con el beso político, ya veremos si en los labios, entre IU y Podemos. Un beso interrumpido por la decisión de que el ex Jefe del Estado Mayor de Defensa, Julio Rodríguez, vaya en las listas al Congreso de número uno por Almería. «Una provocación» de Podemos, según algunas voces de IU que califican al ex Jemad -para unos con intolerable puerilidad y para otros con conciencia pacifista- como «un hombre de la guerra».

No regresaste… Algunas de esas voces en IU no gustan del besuqueo, y recelan del que dio Bruto a César antes de apuñalarle por la espalda. Otros históricos, que siguen siendo para no pocos ejemplo de coherencia, como Anguita, lo ven más bien como un beso entre hermanos, aunque no lo sean de sangre. Y respecto a Julio Rodríguez, Anguita ha aclarado que hay y siempre hubo militares de izquierdas. Alrededor de esta reflexión, y tras leer un librito tan corto como intenso de una superviviente de Auschwitz, he vuelto a refrescar mi conclusión de que, a la hora del conflicto, sólo los afectos o un profundo humanismo te pueden salvar la vida, no las ideologías ni las religiones. Siento haber llegado tan descreído a esto… El librito en cuestión está escrito como una carta de la hija al padre que fue capturado junto a ella, pero que no escapó del campo de concentración. Se titula Y tú no regresaste, y la niña hoy octogenaria que lo escribe es Marceline Loridan-Ivens (Editorial Salamandra). Por si…

Sectarismos. Había pocos besos en el Holocausto. Y aún hoy pocos versos para sobrellevar su horror y su sectarismo de hace tan pocas décadas. Hoy sigue habiendo listas negras. Precisamente en la cartelera hay una película que habla de sectarismos, quizá menos asesinos, pero igual de intolerables, injustos, corrosivos y dramáticos. Trumbo (en recuerdo del novelista y escritor cinematográfico Dalton Trumbo perseguido en la lista negra por el senador norteamericano Joseph McCarthy) revive esa historia, esa tentación permanente de fabricar listas con quienes no deben ser contratados (cuando hay guerras o persecuciones, con quienes deben ser ejecutados). Con un Bryan Cranston de protagonista que ha pasado de ser un pobre profesor de Química que empieza perdiendo los pantalones fabricando metanfetaminas en la serie Breaking Bad a, con otros personajes de por medio, encarnar al guionista de Papillon, Vacaciones en Roma o Espartaco y director de Johnny cogió su fusil: Trumbo.

Dando tumbos. Más que Trumbo, un trombo dando tumbos por las arterias de la ciudad de Málaga, eso es lo que empieza a parecer el proyecto del tranvía o metro ligero al hospital Civil. Cuesta entender todo esto. Y la sospecha de que dos administraciones de signo político distinto suelen zancadillearse, más que liarse a beso limpio, resulta difícil de evitar, una vez más. Aunque todo esto canse y canse y canse hasta la información u opinión extenuada. Como uno no quiere caer de nuevo en la trampa de aprender de tuneladoras o muros pantalla, como ya nos ocurrió a quienes informamos de las primeras trazas del metro (cuyo gasto constructivo se ha multiplicado y su terminación retrasado, y a pesar de ello se ha inaugurado sin llegar al centro de la ciudad, y cuya verdadera incógnita es cómo lograr amortizarlo o, al menos, hacer sostenible su explotación y mantenimiento). La situación fue tan surrealista que si apoyábamos las tuneladoras éramos de derechas, y si apoyábamos los muros pantalla éramos de izquierdas.

Metro o Bus. Tuneladoras o muros pantalla, pueden convertirse en tranvía o «metrobús», lo que ofrece ahora el Ayuntamiento a la Junta como alternativa al trazado hacia el Hospital Civil más barata y garante del éxito y supervivencia del metro. Hay besos como choques de trenes. Incluso gente que hace el amor en el metro. Quizás a algunos les escandalice, pero pega más hacer eso que la guerra. Con todos mis respetos al ex Jemad, don Julio Rodríguez…

Besos redondos. Hay abrazos de oso, sí, y besos de Judas, pero también besos alegres e infantiles, paliativos y hermosos, como los que se han dado en las escalinatas del Materno Infantil de Málaga, muchos con nariz de payaso, con motivo del Día Nacional del Niño Hospitalizado. Voluntarios de asociaciones estupendas, desde AVOI hasta «Padres de niños con cáncer», algunos de los cuales han vivido en carne propia haber sido niños de hospital, repartieron «besos redondos», como dice la canción de Conchita. Besos rellenos de amor y esperanza que merecen finales felices. Un beso…

Porque hoy es Sábado.