Debemos al admirado estudioso ovetense Antonio Masip la última entrega del juego de identificar la persona real en que está inspirado cada personaje de la universal novela La Regenta. Es un trabajo breve, culto y elegante, centrado en el seductor Don Álvaro Mesia, del que se confirma nombre y rostro. Ahora bien, un escritor sabe que en toda novela, por naturalista que sea, los personajes de ficción no suelen ser retratos del natural, sino producto de un juego tan perverso como trocear seres humanos para mezclar los despojos al gusto del creador, tarea criminal de la que puede ser víctima cualquiera que se cruce en la vida del autor, incluidos amigos y familiares, y que con mucha frecuencia se ceba en la personalidad, exterior o secreta, del escritor mismo. De hecho del esforzado ingenio del autor por disimular sus fechorías, o en no delatarse, surge a veces la mejor literatura.