¡Lo fácilmente que olvidan los políticos lo que una vez hicieron! Por ejemplo, el vicecanciller y ministro de Economía de la Gran Coalición Alemana, Sigmar Gabriel.

El dirigente socialdemócrata parece sorprenderse ahora de que los ricos de su país, como el de tantos otros, paguen muchos menos impuestos por las rentas del capital que quienes viven sólo de su sueldo.

Un 25 por ciento, en el primer caso frente a más de un 40 por ciento, el tipo fiscal máximo, que pueden tener que llegar a pagar los trabajadores cuyos ingresos anuales superen los 50.000 euros: es decir, la clase media que vive de su trabajo.

«¿Cómo es posible que lo dejara pasar un partido socialdemócrata?·», se pregunta hoy Gabriel, como si no fuera con él la cosa.

Y, sin embargo, como recuerda justamente el Süddeutsche Zeitung, cuando en 2008 se aprobó la rebaja fiscal para los ricos, Gabriel era ministro del Medio Ambiente de la primera Gran Coalición presidida por Angela Merkel, y el también socialdemócrata Peer Steinbrück, titular de Finanzas.

Aquella reforma fiscal se justificó con el mismo argumento neoliberal que en otras partes, también entre nosotros. Si se penaliza a las empresas y a las grandes fortunas, emigrarán a algún otro lugar que les ofrezca mejores condiciones fiscales.

El ministro socialdemócrata Steinbrück recurrió a la misma explicación utilizada por nuestro Gobierno del PP, por ejemplo, para justificar su amnistía fiscal para los grandes evasores.

Mejor será que los ricos paguen sólo un 25 por ciento de una cantidad X que no que busquen algún paraíso fiscal para ocultar su patrimonio y el Estado termine no ingresando de ellos nada. ¡Bonita argumentación!

Como no hay manera de controlar a los ricos, mejor cargar el peso de los impuestos sobre los trabajadores, que éstos, a diferencia de los capitales, difícilmente pueden moverse.

El resultado de todo ello es el crecimiento de la desigualdad en todas partes con independencia de que gobiernen conservadores o socialdemócratas, sobre todo desde que estos últimos se apuntaron con Tony Blair o Gerhard Schroeder al mantra neoliberal.

Ahora, con la popularidad del SPD por los suelos, su líder, Gabriel, cada vez más cuestionado por sus propios correligionarios, parece darse cuenta de que, de seguir por esa senda, el otrora orgulloso partido de Willy Brandt corre el riesgo de convertirse realmente en minoritario.

Y por primera vez, no ya sólo los socialdemócratas piden acabar con lo que en Alemania se conoce popularmente como «una rebaja para ricos» y buscar una mayor justicia fiscal aumentando el impuesto sobre los rendimientos del capital.

El propio ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble parece estar también a favor porque con el intercambio de información fiscal entre los países, el Estado podrá dar más fácilmente caza a eventuales defraudadores. ¡Veremos!