No llegó la sangre al río porque hay mucha ilusión con eso del sorpasso, pero Podemos e IU se las vieron tiesas a cuenta del pobre general Julio Rodríguez, exjefe del Estado Mayor que se jugó el tipo en diciembre para ir en las listas de Iglesias y como no le pusieron bien alto, pues no salió elegido.

En plena semana de festejos por el acuerdo Podemos-IU, y cuando las bases de ambas fuerzas se aprestaban a darle el visto bueno a la cosa, van los politólogos y anuncian que el exjemad no irá de «número dos» por Zaragoza, como el 20-D, sino que, para asegurar, subirá un puesto, pero por Almería.

La coordinadora de IU en la provincia, Rosalía Rodríguez, montó en cólera. Una «provocación» le pareció pensar siquiera en el general para encabezar la lista, entonces ya la lista de Podemos-IU, aunque no todavía la de Unidos Podemos. Un hombre así de «ligado» a la OTAN, «un hombre de guerra», «entra en contradicción con los principios de IU».

Iglesias zanjó el debate el viernes pasado: «No hay ningún problema que solucionar». Y además «Julio Rodríguez es alguien que necesitamos en el Congreso».

Pero el punto final a la polémica lo puso Julio Anguita. El padre del sorpasso -el de cuando Felipe y eso, no el de ahora- recordó que también hay «militares de izquierdas». Y puso de ejemplo a Hugo Chávez. «Hay una visión muy estrecha sobre estas cuestiones», reprendió a sus correligionarios.

Así que un Julio vino en ayuda de otro Julio y por si quedaba alguna duda, religó a Iglesias con sus ancestros bolivarianos, pues muerta la centralidad y la transversalidad gracias al pacto con IU -y al arrumbamiento de Errejón-, sólo cabe darle una pasada al PSOE por la izquierda.

Precisamente lo que Anguita quería en los noventa. A cambio, consentimos en llevar a un adalid de la OTAN en las listas. Lo que, siendo quien es el malagueño -y pensando como piensan los hijos que le quedan-, no es moco de pavo. Yo lo veo justo.