El sentido común está inventado, pero también está inventada la música y cada día es distinta. El sentido común del Papa actual, por ejemplo, no tiene nada que ver con el de sus antecesores. A Francisco I le parece normal que las mujeres sean diaconisas y que casen a la gente y la bauticen y le den la comunión. No sabemos cuántos Papas más harán falta para que el sentido común de la Iglesia las autorice a ordenarse sacerdotisas y les otorgue la posibilidad de alcanzar el obispado o el papado. A nadie le quepa la menor duda de que ese momento llegará como llegará el final del celibato (lo dice el sentido común). Significa que no basta con inventar un modelo teórico de normalidad. Luego hay que hacerlo funcionar

Al sentido común conviene moverlo o removerlo cada tanto. El mío no tiene nada que ver con el de mis padres, que a su vez no se parecía nada al de mis abuelos. Eso no quita para que haya personas de ahora mismo con el sentido común de hace cuarenta años. Tampoco significa que el sentido común vigente resulte saludable por el mero hecho de ser contemporáneo. Rajoy, que se propone a sí mismo como un modelo de sentido común, escribe a Juncker unas cosas que anonadan. Ya en su día le pareció normal no dimitir después de haber enviado un mensaje de solidaridad a un gánster. Su sentido común le aconsejó aguantar y ahí lo tenemos, mintiendo más que habla.

Tal vez sea verdad que las etiquetas de derecha, izquierda y centro se han quedado anticuadas. Lo dice tanta gente que es como para pensárselo. Muertas estas denominaciones de origen, ¿qué nos queda? El sentido común. Esto es por lo que debemos luchar, por cambiar la idea dominante de sentido común. ¿Es de sentido común, no sé, que, a medida que la economía se recupera, la gente de la clase media sea expulsada a la pobreza y la de la pobreza a la indigencia? No lo parece. ¿Es de sentido común que millones de personas no puedan encender la calefacción porque el kilovatio está al precio del caviar? Tampoco. Podríamos preguntarnos quién nos impone esa forma de sentido común y hacerle frente, sea de derechas, izquierdas o centro.