A la consejería de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, por Rosario Pérez Chacón

A mi marido, Gustavo Castillo, le diagnosticaron un cáncer el año pasado; desde entonces lo he estado acompañando durante todo el tratamiento: primero quimio y debido a su evolución favorable le propusieron participar en un ensayo médico que aceptó voluntariamente. Pero la enfermedad evolucionó rápidamente de manera negativa y tuvo que abandonarlo, continuando con quimio y radio.

No voy a analizar si se ha acertado o no médicamente con él. Lamentablemente tengo mis reservas, muy duras y dolorosas, tanto a nivel médico como de enfermería. Si el medicamento ha sido el adecuado, como no lo conozco, no lo puedo valorar. Lo que sí quiero manifestar y denunciar es el trato injusto e inhumano que se les da a estos enfermos.

Un paciente de cáncer se supone que padece una enfermedad grave. ¿Es humano y lógico que el primer día del ciclo de tratamiento le citen a las 8.30 horas para análisis y el médico no lo vea hasta las 14.00 horas y es a esa hora cuando proponen ponerle una transfusión de sangre o el tratamiento, o las dos cosas?

Mi marido, las dos últimas veces, ante esa situación, pidió que se le aplazara para el día siguiente porque ya no podía más. Estaba completamente agotado. Se encontraba en silla de ruedas. La opción de ir al día siguiente tiene una «advertencia», que el enfermo tiene que estar en la sala de tratamientos antes de las 9.00 horas porque las camas son para los primeros que llegan.

Y sigo denunciando. ¿Es humano que a un paciente, después de administrarle quimioterapia (con lo que eso lleva consigo), lo citen a las tres semanas, indicándole que, si se encuentra mal, vaya a urgencias? A un enfermo, en condiciones normales, ir a urgencia le puede crear ansiedad y le agrava el estado de ánimo y más si está tan mal. ¿No sería más acertado que ante tanto dolor y sufrimiento tuvieran estos enfermos un acceso más fácil para poder llegar al médico que lo trató?

Este departamento del Hospital Clínico Universitario Nuestra Sra. De la Victoria de Málaga no hace honor a la Consejería que usted dirige: Salud y Bienestar Social.

El día 13 de abril le administraron la última dosis de quimioterapia. A partir de ese día, fue empeorando en calidad de vida y él no quería ir a urgencias. El viernes 15 decidimos que el lunes siguiente (día 18) iríamos al hospital de día. Una vez allí, nos dijeron que iba totalmente deteriorado (aunque ya estaba muy mal antes de dicha sesión del día 13) y que se tenía que quedar ingresado. El médico que lo trataba pasó dos veces a verlo y porque yo lo abordé personalmente en el pasillo. Dos días después del ingreso, lamentablemente, mi marido falleció.

Juzgue usted si lo que yo reivindico es de justicia: mejor trato y más cuidados con los enfermos de cáncer. Por lo que he vivido, he tenido la sensación de estar en un país tercermundista por la inhumanidad que hemos sufrido. En este país somos muy solidarios en circunstancias adversas y ajenas a nosotros, que me parece muy bien, pero que no sean inhumanos con los nuestros. A mi experiencia, lamentablemente, me remito. Espero su respuesta.