El Partido Popular derrama champán sobre los cadáveres políticos de Chaves y Griñán sin que falte algún socialista que también pareciera haber abierto una botella de sidra El Gaitero (famosa en el mundo entero).

No falta quien para aguar la fiesta al PP le recuerda que jamás fue capaz de ganarle unas elecciones a los socialistas. Una vez, sí, Arenas superó en votos al PSOE en unas autonómicas, pero como bien y gloriosamente titulara el ABC, aquello fue una «mayoría relativa, derrota absoluta». Y tanto, el PP no fue capaz de recuperarse de aquello y anda intentando aún y todavía una implantación en ciertas zonas que ya había conseguido el campeón Arenas. Ni siquiera siempre comandan con tino la agenda política de la oposición. Chaves y Griñán al banquillo. También seis exconsejeros y una importante pila de ex altos cargos. Se trata de una causa general contra la Junta, contra el poder socialista, que queda en cuestión y que no parece que fuera precisamente una administración ejemplar. No es la corrupción clásica. Es decir, ni Chaves, ni Griñán se han llevado un duro o han cobrado sobres con dinero negro o rojo. Tampoco se han beneficiado a unas lumis en un hotel de lujo gracias a los sobornos recibidos, caso de algún expolítico cuyo proceder en los menesteres referentes a la trincalina y la mamandurría se están conociendo ahora. Se trata de una chapuza irresponsable que ha costado 800 millones de euros según algunos cálculos y que, no es que se dilapidaran, es que se dieron sin control, que no en todos los casos exactamente lo mismo.

Los dos expresidentes han pagado con creces políticamente su responsabilidad. Ahora queda un largo periodo en el que hay que dilucidar si son culpables o no. Lo que ayer se decidió es que vayan a juicio. El relato chusco de todo esto allende Andalucía es que aquí te daban una subvención y dos piruletas con sólo pasar cerca de una Consejería, aunque no la quisieras y aunque supieran que se iba a destinar al engorde del caracol nórdico en 2020 si la climatología del escroto al redactar el proyecto era la adecuada. Con todo, una administración, la Junta, que demasiadas veces hace las cosas con embrollo, impericia, falta de austeridad y ausencia de transparencia.