El 26 de junio, por si no lo sabes, te toca ir a votar -si quieres-. Hay elecciones generales, como hace unos meses, pero esta vez lo mismo sirven para montar un Gobierno y todo. La provincia de Málaga tiene 11 escaños a elegir. El 20 de diciembre se repartieron cuatro el PP, tres el PSOE, dos Podemos y otros dos para Ciudadanos. Ahora, según las encuestas, el PP podría perder uno y la coalición Unidos Podemos, ganarlo. Enfocar una campaña en Málaga tiene muchos peligros. Sobre todo porque parece que hay partidos que no saben dónde poner el tiro. ¿Acaso no conocen a la Málaga que vota?

La Málaga que vota no es el gueto cultureta de tipos de mediana edad que puebla una parte de Twitter. Entre la Málaga que vota hay un altísimo porcentaje que no se arrima ni de lejos a esa barra de bar virtual en la que cualquiera sienta cátedra al aliento de su cohorte de palmeros. No, la Málaga que vota es dispar: es cofrade, carnavalera, de barrios altos y bajos, mecánicos y abogados, panaderos y médicos. La Málaga que vota es mucho más profunda que dos profesores.

Las redes sociales han conseguido que los políticos echen el resto en ellas,cuando en realidad la batalla hay que seguir haciéndola en las calles, en los barrios€

La Málaga que vota es tan grande, tan dispar, que es difícil controlarla. Tan difícil que tuvo que llegar Celia Villalobos para bajarse al barro de rascar votos. Sólo una persona ha sido capaz, hasta el momento, de mejorar a Celia en el conocimiento de la Málaga que vota: Paco de la Torre. ¿Qué pasará cuando Paco no esté? Está claro que no hay otro como él. Ninguno.