Luego dicen que para qué sirven las diputaciones. Los expertos del Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación de Huelva concluyeron ayer tras inspeccionar el lugar que no hay mosquitos tigre en la desembocadura del Guadalhorce. Fuesen y no hubo nada. Tiene un relato o novelita este sucedido. Málaga pide socorro a Huelva. Huelva moviliza a su Servicio de Mosquitos (en Málaga tal vez lo hay de Picudos Rojos) y allá que cogen el petate dos técnicos (biólogos) e inician una historia de carretera y calor, tintorro con gaseosa en una venta, bocadillo en otra, meadas en turbias gasolineras, ruedas quemadas por esas autovías de Dios. Andalucía abierta en canal ante ellos. Largas conversaciones, la radio a toda mecha, maletero cargado de tubos de ensayo, mascarillas, guantes, líquidos, polvos, sustancias, botes. Una road movie, papá no corras, que lejos está Málaga y qué lejos está Huelva, que quizás no es que esté lejos, es que está donde tiene que estar. No hay mosquitos tigre, aunque sí hay condiciones para que críen en puntos cercanos y también condiciones para que otras especies parecidas se asienten en la zona. Ante tales noticias, y esto sí que es noticia, la Junta y el Ayuntamiento han decidido coordinarse. Los tiene que poner de acuerdo en algo el mosquito tigre. Ni el metro, ni nada de nada. En el mosquito está el consenso. No un consenso cualquiera de ese que te pica en una noche de verano y te causa un granito rojo que te pica tres días. No. Un consenso tigre.

Habrá segundo capítulo. Los técnicos de Huelva volverán en otoño como si fueran los hombres de negro. Artificieros del mosquiteo. Benditos sean. Los mosquitos tigre se han extendido por todo el Mediterráneo y causan graves perjuicios. Un técnico se encargará a partir de ahora de recoger larvas en la zona de Sacaba, Arraijanal y la desembocadura para ver de qué tipo son y cómo evolucionan. Y luego nos quejamos de que nuestro trabajo puede ser engorroso. El mosquito tigre procede del sureste asiático y fue detectado en Valencia y Cataluña en 2004. Le gusta el agua estancada. Transmite más de veinte enfermedades, entre ellas el dengue. Tiene rayas blancas en cuerpo blanco y pone unos ochenta huevos en 5-6 días.

Esperamos que nuestras dilectas autoridades hayan tratado como se merecen a los técnicos onubenses y que estos hayan pasado en nuestra hospitalaria provincia unas jornadas en las que también haya habido hueco para el nunca bien ponderado y merecido asueto, tal vez amenizado por vino de la tierra, sardinas en espetos y tal vez unos boquerones, no cometiéndose con ellos la torpeza de ofrecerles jamón o gambas, viniendo como vienen de una tierra que posee ambos manjares de merecidísima fama mundial. Sin olvidarnos, claro, del langostino tigre.