Políticos tozudos, por José Becerra

No dudan nuestros políticos en afirmar que tras los comicios generales que ahora están en puerta pactarán y se entenderán. Lo afirman muy en serio con cara de circunspección, como reconociendo que antes se equivocaron y que ahora desean enmendar la plana en beneficio de los sufridos ciudadanos que siguieron sus rifirrafes en el sainetero impasse que siguió a las elecciones del 20D. Lo dice, al parecer muy en serio, Pedro Sánchez, quien afirma que no habrá terceras consultas electorales. Lo afirma el hombre muy convencido, pero está por ver.

Abierta la causa judicial contra Chaves y Griñán, amén de un considerable grupo de políticos andaluces adeptos sin reservas a la ideología socialista, los cuales quien más, quien menos, participaron sin pudor en la trama de los ERE y la rapiña de los fondos de formación de ingrata memoria, el panorama para los del puño y la rosa pinta con rasgos sombríos en estas elecciones que ya son un hervidero imparable hasta el 26-J.

Los enjuiciados fueron jerarcas indiscutibles en el gran cortijo andaluz, que visto lo visto, manipularon a su antojo o hicieron la vista gorda no poniendo coto a desmanes que clamaban al cielo. Se juzgan ahora y sea cual sea el veredicto judicial, se enfrenta Pedro Sánchez a una situación difícil del partido del que es líder. Estos últimos acontecimientos no pueden por menos que pasarle factura y poner cortapisa a sus ímpetus de ser presidente de Gobierno por mucho que predique la necesidad del cambio.

Cierto que los casos de corrupción también salpican al PP y merman las posibilidades de que Rajoy continúe en la presidencia de un Gobierno, que ahora ostenta en funciones y al que se aferra con ahínco.

En estas elecciones que ahora se desarrollan con la vocinglera actividad de los políticos, no se observa apenas nada de novedoso, incluidas las diatribas de Iglesias, Garzón y Rivera. En el tan cacareado encuentro televisivo entre los cuatros líderes siguieron manifestando sin recato sus malquerencias pese a que intentaron dulcificar sus posturas y desplantes.

Y en medio de este tinglado nos encontramos los españolitos de calle, aturdidos y sin saber con qué carta quedarse, de ahí ese 30% de indecisos que resaltan las encuestas.

Aseguran todos, circunspectos, que están dispuestos a pactar el 26-J. Sin embargo, Sánchez desecha la idea de abstenerse para posibilitar un gobierno con Rajoy al frente, y en Unidos Podemos dejan claro que no les pasa por las mientes apoyar uno con Ciudadanos, o sea, que de eso nada de nada. El partido de Rivera, según éste, jamás facilitará un gobierno con Rajoy a la cabeza. ¿Pero quién se cree que es para decir a otra formación lo que debe o no hacer? Este político que empezó bien está dando muestra en los últimos días de disparatadas obsesiones.

Seamos serios, amigos, y no tozudos. Están sentando las mimbres de lo que ha venido siendo un dislate desde los comicios del pasado diciembre. Así no hay manera. Y ¿saben? Nos tienen, si no rondando el ataque de nervios, que los votantes nos tomamos con calma la situación, sí hastiados de componendas y mentiras. Pero dejen de tensar la cuerda y ocúpense de verdad de los problemas que nos atañen de veras, que vuestras intrigas y tejemanejes por llegar al poder o permanecer en él nos traen al pairo cuando no nos cabrean. Ya saben el dicho: «Tanto va el cántaro a la fuente…».