La apasionada narración del gol de la victoria contra Austria logrado por la selección islandesa el pasado miércoles, que ha dado la vuelta al mundo de las redes sociales, contrasta con el racionalismo con el que se comporta en seleccionador Lars Lagerbäck.

Si la voz ahogada de Gudmundur Benediktsson se ha convertido en el símbolo de la locura que se vive en Islandia con las gestas de su selección, el rostro afable de uno de los dos técnicos pone cara al lado más sensato del equipo con citas de Albert Einstein.

«Si no logras explicar algo simple es que no lo has entendido». La frase preside estos días las charlas tácticas de Lagerbäck en la concentración islandesa de Evian, en la frontera de Francia con Suiza.

Tras sus gafas de profesor, su verbo pausado, el preparador sueco, que comparte el puesto con el islandés Heimir Hallgrímsson, destila sentido común y asegura que, en el trabajo de motivación de sus hombres, juega un papel importante citar a grandes personajes de la historia.

«Lo más importante en la preparación de un partido es lo que se hace en el entrenamiento. Si conseguimos mantener nuestra organización y los jugadores saben exactamente lo que hay que hacer, jugarán con confianza y podrán hacer algo grande», analiza el técnico.

Formado en su país, Lagerbäck llegó al banquillo de Islandia tras una desafortunada experiencia con Nigeria en el Mundial de Sudáfrica, una tormentosa etapa que acabó de forma brusca tras la eliminación del equipo en la primera fase. Pero el sueco sacó buenas lecciones de su paso por aquella selección, y ahora las aplica en Islandia.

La sabiduría del sueco ha caído bien en una nación apasionada por su selección y que en su primera gran competición está viviendo en una nube. La isla vive al ritmo de lo que sucede en Francia, donde se han vendido entradas para el 10% de sus 330.000 habitantes.

La Eurocopa ha dejado en un segundo plano el discurrir normal de la vida en Islandia. La locura que se vive en el país quedó patente en la narración que Benediktsson hizo del segundo gol contra Austria, obra de Arnor Ingvi Traustason.

Su narración fue la emisión de televisión más vista de la historia de la televisión islandesa: Una cuota de audiencia del 99,8% de la gente que estaba ante la pantalla, que se calcula que fueron dos tercios de toda la población.

Antigua promesa del fútbol islandés, cuya carrera se vio bruscamente truncada por una lesión cuando jugaba en Holanda, reconvertido en comentarista deportivo, entre otras cosas, Benediktsson abandonó Francia tras el partido contra Austria para asistir en su país a un duelo del KR Reikiavik, equipo de primera división del que es entrenador adjunto.

El comentarista estrella volverá a Francia para presenciar en Niza el duelo de octavos de final, el lunes, contra Inglaterra. Un partido que no quería perderse por nada del mundo el jugador del KR Gretar Sigfinnur Sigurdarson, que como no encontró billete, ante la masiva demanda, alquiló un Boeing 737 a la compañía Luxair, con el que viajará por la mañana y regresará tras el encuentro, previsto a las 21.00 horas (19.00 GMT). Una muestra de la locura que el fútbol está representando en Islandia, donde prácticamente ha eclipsado las elecciones presidenciales de hoy.

Tantos islandeses están en Francia que su Embajada en París ha tenido que pedir refuerzos a las legaciones de Ginebra y Bruselas para afrontar la fuerte demanda de votos que se esperan. Una elección que estuvo a punto de no celebrarse, porque la televisión islandesa propuso el cargo a Lagerbäck. Razonable, el seleccionador recordó que ni es islandés ni habla el idioma del país. Aunque, como decía Einstein, todo es relativo.