Podemos e Izquierda Unida unidos, no pueden. Al PP le ha funcionado la llamada al voto útil de los votantes de Ciudadanos y el PSOE gana su batalla por la hegemonía de la izquierda y frena el temido sorpasso de Pablo Iglesias con su catálogo de confluencias y mareas. Estas son las principales conclusiones de unas nuevas elecciones donde Mariano Rajoy tiene más cerca repetir como presidente del Gobierno, aunque para ello necesita el apoyo o la abstención del PSOE.

Pedro Sánchez ha despejado ya varias ecuaciones que tenía en la cabeza. Ha logrado mantenerse como segunda fuerza política en España pese a cosechar el peor resultado electoral en la historia del PSOE y salva la secretaría general del PSOE debido al desastre electoral de Susana Díaz en Andalucía, donde se ha quedado "tiesa" de votos y ha visto como el PP de Juanma Moreno le ha mojado la oreja con una diferencia de tres escaños. Solucionadas estas dos ecuaciones al PSOE le toca decidir si comete otra vez el error de tratar de formar gobierno con una confluencia de partidos que defienden la independencia u opta por facilitar con su abstención en la segunda votación la elección del candidato que proponga el PP, que en principio sería Mariano Rajoy, que ha salido fortalecido de estas elecciones al sumar trece nuevos escaños. Con estos resultados será difícil que el PP decida cambiar de candidato como le exigía Ciudadanos, que debido a sus malos resultados (ocho diputados y más de medio millón de votos) carece de fuerza para negociar la salida del candidato al que acusaron de cobrar sobres en B.

Con estos resultados la sesión de investidura estará interesante. El PP si suma a Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria se quedaría a dos escaños de la mayoría absoluta y cosecharía en esa sesión 176 noes del PSOE, Podemos y todas las demás fuerzas nacionalistas, incluida la antigua Convergencia. Por tanto, el PP necesitaría que el PSOE por acción u omisión permitiera un gobierno de Mariano Rajoy.

La sorpresa de estas elecciones no ha sido que Unidos Podemos no supere al PSOE, si no los malos resultados de Susana Díaz en Andalucía, donde pierde sus primeras elecciones frente a un renovado Juanma Moreno que le ha endosado tres escaños de diferencia aunque la diferencia en votos ronda sólo los 80.000. Este resultado es un varapalo para Susana Díaz y enfriará, sin duda, cualquier pretensión de maniobras para desalojar a Sánchez de la secretaría general del PSOE. Además, el PSOE no ha logrado ganar en escaños en ninguna de las ocho provincias andaluzas lo que ha supuesto que en el mapa electoral de Andalucía no exista ya ninguna provincia teñida de rojo.

En Málaga el PP de Elías Bendodo ha reforzado su victoria en votos y en porcentaje y mantiene sus cuatro escaños, siendo una de las tres provincias andaluzas donde los populares han obtenido más escaños que el resto de los partidos. El PSOE mantiene sus tres diputados con casi el mismo apoyo y Ciudadanos salva los muebles y repite con dos, lo que se puede considerar como un buen resultado viendo el escenario del partido naranja en España.