Ahora mismo el único empleo fijo es el temporal porque en el mercado laboral español sólo permanece estable la precariedad. No nos engañemos: quieren que sea así. La Europa que nos multa y nos pone deberes pide que sigamos adelante con las reformas; el Banco de España no espera a rebajas para recomendar que se desproteja a los fijos; los empresarios están encantados con la cantidad de empleos de mierda que se crean y se destruyen continuamente; el gobierno en funciones y su partido no paran de alardear de que somos el país del entorno que más contrata, los ideólogos asalariados habituales recomiendan que siga siendo así y, si nos ponemos estupendos, se acaba de votar para que el trabajo temporal se quede para toda la vida. Sí, la absolución de la corrupción no es el único motivo para ir a las urnas.

El producto perfecto es el que contiene menos trazas de carne humana aunque a veces pase lo que le está sucediendo a Vueling, que ajusta, ajusta, y le sale mal. En esta compañía, de un sector muy visible y con una seguridad muy regulada, se nota más pero hay muchas otras empresas en las que el barco navega con el esfuerzo de los galeotes, encadenados a lo que hay, remando de sol a sol y aguantando a un cómitre que amenaza con tirar por la borda al que pare. Hay mucha tarea aunque haya tanto desempleo. Crisis significa oportunidad en chino y en neoliberal, según divulgaron el primer día.

También contaron que el mundo es de quien tenga iniciativa, de quien emprenda y dieron muchas facilidades para que los parados con subsidio se convirtieran en autónomos. Ahora afloran los falsos autónomos en construcción y en hostelería, donde abundan los falsos empresarios. Son trabajadores que se autoemplean para ser contratados por terceros. No levantan la persiana sino la cremallera de la funda de trabajo. La precariedad es el modelo.