Las cosas claras

Estamos en una espiral de desencanto continúo gracias a los políticos malos porque los buenos, muchos y honestos, no entran en nuestras mentes. Hemos sufrido unas elecciones, tan sólo porque hay algunos que sólo buscan relevancia y sillones, y dicen que no es no, claro que también el pueblo hemos dicho que sí es sí. Entremos en sus programas, dígannos si la deuda externa es problema del pueblo o es problema de la inmadurez de aquellos que nunca gobernaron y ahora se creen los más listos. Pero de temas sociales, trabajo o viviendas, poco.

Ha habido un hartazgo de promesas, que cuando no las cumplen, se les denominan prevaricación, pero que son incumplidas por todo quisqui, sean del color que sean. Yo he vivido en primera persona la corrupción en gobernantes del PP, PSOE, IU y otros peores. Hartos muchos estamos que los dineros se destinen a fiestas, cenas..., pero que ni huelen las cárceles, y después no dan un indulto a un joven de 24 años, por un error a los 18 años.

Señores, pongan las cosas claras, no necesitamos otros cientos de millones gastados en elecciones, aunque parece que eso es lo que buscan, llegar a una participación mínima, y tratar de asegurar más votos, aunque debiéramos botarles.

Y miren que hay algunos políticos que se toman en serio su trabajo, pero que tendrían que denunciar a sus propios compañeros, que no arroparlos, porque entonces son tan cómplices como ellos, y al mínimo atisbo de corrupción, el mismo trato que a los comunes, ósea ingreso preventivo en prisión, embargo preventivo de todos sus bienes, gananciales o no, y si fuere inocente, se le rehabilita e indemniza, lo cual haría que muchos a la cárcel y otros se lo pensarían.

Las cosas claras.

Gustavo García-Valdecasas. Málaga