El matrimonio camino de santidad, por Enric Barrull Casals

Me parece que el hilo conductor del último documento pastoral del papa Francisco reside en volver a plantear la llamada a la santidad en el estado matrimonial como la dimensión básica del sacramento del Matrimonio en la Iglesia. Consiste en poner los medios para hacerla efectiva correspondiendo a las gracias de Dios y las luces de la Iglesia, que se hace existencial mediante la comunión eclesial porque nadie puede luchar en solitario ni las familias pueden encerrarse en sí mismas. Desde hace décadas, esta es la feliz experiencia de tantos matrimonios que asumen responsabilidades en las parroquias y reciben formación y apoyos, y otros que pertenecen además a movimientos y realidades apostólicas para ser fuertes en la fe y testigos fieles del evangelio en el mundo. A ellos se dirigen las palabras del papa Francisco, en especial en el último capítulo cuando invita a vivir con esperanza secundando libremente los planes de Dios para cada familia: «Ninguna familia es una realidad perfecta y confeccionada de una vez para siempre, sino que requiere una progresiva maduración de su capacidad de amar (...). Todos estamos llamados a mantener viva la tensión hacia un más allá de nosotros mismos y de nuestros límites, y cada familia debe vivir en ese estímulo constante. ¡Caminemos familias, sigamos caminando! (…) No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido» (AL, 325).