Medidas antiterroristas, por Plácido Cabrera Ibáñez

Una vez más el terrorismo es causa de dolor y muerte de niños y adultos inocentes. Resulta evidente que en todos los países es necesario continuar adoptando nuevas medidas que puedan reducir los actos terroristas. Entre las medidas a adoptar podrían situarse algunas que puedan «doler» a estos individuos en su faceta personal, familiar y religiosa. Es sabido que gran parte de las personas procura evitar que sus actos puedan producir daños a sus personas más queridas. También los familiares y vecinos podrían estar más vigilantes y realizar una mayor colaboración con los Cuerpos de Seguridad a fin de reducir estos actos terroristas, sabiendo que con su actitud y comportamiento pueden resultar perjudicados en distinta medida y grados: expulsándolos del país que los acoge a todos los familiares hasta el segundo grado de parentesco; retirándoles las ayudas y beneficios fiscales y sociales; etc. De confirmarse el acto terrorista por algún grupo, llámese Daesh o Al-Qaeda, Estado Islámico, etc., estudiar la posibilidad de clausurar o cerrar la mezquita más próxima a la residencia de ese individuo. Otra solución es que los países de la Alianza de la OTAN o de la ONU se involucren mucho más para derrotar al Daesh, que en la actualidad controla el poder en territorios de Siria e Irak. Resulta conocido que la ideología yihadista ha contado con ayudas y colaboraciones de países árabes, alguno de estos se considera «amigo» de los países donde se producen los ataques terroristas, por lo que habría que repasar las colaboraciones entre países. Por último, no hay que olvidar la necesidad de reducir en las ciudades los barrios donde los extranjeros de una misma nacionalidad son mayoría. Pienso que esa situación produce entre ellos una mayor protección y fortaleza para realizar actos terroristas, y además, no favorece su integración social.