Había una vez un grupo de chavales que nació en 1980. Todos amaban el deporte y desde muy jóvenes se fueron enamorando de un balón de color naranja. Tuvieron la suerte de crecer en un país que al impulso de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 llenó las ciudades y los pueblos de instalaciones deportivas.

Poco a poco se fueron juntando en las categorías inferiores de la selección española y se hicieron amigos. Estaban todo el año en sus ciudades pensando en el momento de encontrarse con sus amigos en verano y convirtieron las concentraciones de la selección española en una especie de campamento estival donde jugaban, convivían, se divertían y sobre todo cimentaban su amistad.

Cada verano llegaban nuevos niños a ese campamento y todos se integraban en un grupo que siempre, pero sobre todo en los momentos más difíciles, se mantenía unido. Ese es el secreto: Mantenerse unidos. Un equipo que cuando, por ejemplo, unos quieren ir a cenar a un restaurante y otros a otro se lo juegan a la pocha o al póker, pero van a cenar todos juntos.

Esa amistad, ese anteponer el grupo a la persona se ha visto sobremanera en estos Juegos Olímpicos. Es lo que ha conseguido que líderes del grupo como Navarro o Calderón aceptaran sin problemas un rol secundario o terciario en este campeonato. Algo imposible en otros grupos y otros deportes. Que el equipo busque siempre la mejor opción, ante Argentina fue Rudy, anoche contra Francia le toco a Mirotic, y no al mejor jugador, Pau Gasol, que asume un rol de asistente y de jugador determinante en defensa, es clave e impensable, por ejemplo, en un equipo de la NBA.

El talento es enorme pero también hay mucho trabajo detrás, solo hay que ver la evolución de Felipe Reyes o Calderón en los tiros libres. La rotación y los descansos no son negociables, anoche Gasol 22 minutos, Rudy 24, Mirotic 26, Llull 24 y Ricky 17. Sólo así se explican 10 años de títulos al más alto nivel.

Un grupo muy poderoso con un gran líder en el banquillo. Sergio Scariolo se ha ganado el respeto de todos con sus decisiones. El italiano de Marbella ha conseguido dirigir como nadie a un grupo lleno de talento y ha logrado un imposible: aportar valor a algo que tiene un valor incalculable. Suya es también una parte importante de la gloria, anoche ante Francia. Por ejemplo, su pizarra fue una vez más un clínic de baloncesto.

Y ahora lo más difícil, conseguir el oro. El equipo como todos los años se preparó para rendir a partir de cuartos de final pero dos derrotas por menos de dos puntos en los dos primeros partidos nos privan de la final soñada. Y ahora la gran pregunta: ¿España tiene calidad para ganar a Estados Unidos? Sí. ¿España ganará a Estados Unidos? Casi Imposible. Nada me gustaría más que equivocarme pero los americanos son conscientes de esa situación y por eso ante España siempre salen con su mejor versión, sin relajaciones y eso les hace casi invencibles. Para ganar España deberá anotar más de 100 puntos, probablemente rozar el 50% en triples y dejar a Durant, Carmelo Anthony o Thompson en porcentajes bajísimos.

Hacer una de estas tres cosas es posible, dos difícil y tres... casi imposible. En cualquier caso yo creo y hemos añadido algunos vagones a este tren por si quieres subir. Suerte€