Regenerar no es lo mismo que olvidar y recolocar

Miles y miles y millones de españoles, todavía hoy, tienen que secarse las lágrimas por el recuerdo de aquellos que, sin sentido, nos dejaron por culpa de un tiro en la nuca, una bomba lapa, un explosivo masivo y un odio generacional amamantado por intereses, falsamente llamados «del pueblo».

Miles de tumbas, siempre con flores, recordatorios de la injusticia, hoy, señor Otegui, no pueden contestarle… Si tan listo es, explique a todos los huérfanos y viudas si unos años de reclusión bastan para devolver la sonrisa a millones de «ostros interrogantes».

No me sorprende que usted y sus compañeros «intelectuales» se presenten, haya donde vayan, como redentores del Pueblo Vasco utilizando las armas que una democracia de todos les ha puesto en las manos para vivir de «eslóganes», de «señalamientos», de «separatismos» que anulan la convivencia y, sobre todo, para vivir con el dinero de todos, simplemente, porque saben manipular el concepto «democracia», de la que huyen como gato escaldado.

Ahora, señor Otegui quiere ser cabeza visible de un grupo de personas a las que jamás se les ha oído reconocer y reparar las actuaciones causantes de miles de muertes y de refugiados en su propio país.

No seré yo quien impugne su presentación; sí el que exija que la Justicia actúe profesionalmente y con firmeza, con la misma celeridad con la que se utilizaban las armas que usted nunca condenó.

Para terminar, señor Otegui, compañía y acompañantes: ¿Han pensado alguna vez cómo serían hoy aquellos niños que jugando con inocencia encontraron la muerte calculada por ustedes?

¡Que la sociedad sea capaz de perdonar no significa que abandone su derecho a exigir regeneración y reparación.

Ángel Alonso PachónMálaga

No a la Feria del Centro

Cada año me gusta más Málaga en Feria. Desde hace más de una década regreso todos los años a mi ciudad natal para que mis hijos conozcan donde nací y me crié. Y he de decir que cada año me sorprende más esta ciudad y su espectacular transformación que hace que no tenga nada que envidiar a otras grandes capitales europeas. Este año he venido con otra familia que no conocía Málaga ni su Feria. Les avisé de que la de Málaga no tiene nada que ver con esas ferias tan especiales como son la de Jerez o Sevilla; que aquí se vive a pie de asfalto y con entrada libre en todas las casetas. Me los llevé al Real del Cortijo de Torres y los paseé por varias casetas como La Rebotica, El Portón, La Espiga o una nueva que me ha gustado mucho y que se llama La Tajá. Mis amigos salieron encantados de la experiencia, del ambiente (pese al terral) y sólo sufrieron una cierta desilusión cuando visitaron la Feria del Centro al día siguiente. Charangas, música en directo, casetas dispares, descamisados..., sólo el hecho de que algunas mujeres iban vestidas con traje de flamenca nos decía que estabamos de Feria y que no era un discoteca al aire libre. Es una pena queno se acierte con el modelo de la Feria del Centro y si no lo logran, lo mejor será que se elimine y se concentre todo en el Real para que los turistas que nos visitan como mi amigo pueda ver lo bonita que está Málaga.

Borja MirallesMálaga