Entre solemnes bodrios del cine del franquismo que la 2 de TV nos obliga a ver (refugiados en la cadena huyendo de bodrios aún mayores en otras), a veces se puede disfrutar del cine español, como hace días con Viva la clase media, filme de José Maria González Sinde (1980), sobre la clandestinidad política en España en los años 60, que entra con tino en la vida y motivaciones de muchos militantes de izquierda de clase media, y en el que hay humor del bueno, amor, heroísmo sencillo y otros buenos jugos, amen de un excelente actor José Luis Garci que a ratos interpreta a José Luis Garci (también guionista). Pero, sobre todo, hay un homenaje emocional, en el secundario Alfredo (Raúl Freire), a los magníficos comunistas de base de entonces, indispensables para empedrar el camino que llevaría a la trabajosa y arriesgada Transición, hoy tan denostada por los que la encontraron hecha.