El mejor seguro de hogar, por Antonio Romero Ortega

Ante los potenciales y múltiples riesgos que genera la vida en una comunidad de vecinos, veo insuficiente el seguro de la mejor compañía que haya en el mercado. De nada sirve un seguro si la gente no es justa. Pongo un ejemplo clásico: el cambio de tuberías. Es un trabajo complicado y costoso que no cubre por entero el seguro, por lo cual suele ser evitado por quienes, sin embargo, no tienen reparos en hacer obra para embellecer sus casas. Quienes no tienen dinero para pagar un seguro pero son honrados, son más proclives a cambiar las tuberías cuando es necesario, aunque sus cuartos de baño se queden hechos polvo. Incluso hay veces que pasan por alto grietas y manchas de humedad del vecino de arriba: las mismas que el vecino o la vecina de abajo no les perdona a ellos. Supongo que todos estos desconocidos hechos serán valorados por Dios. ¡Los caminos para la santificación son infinitos!