De todos es sabido, como obviedad de la que se trata, que la higiene es muy importante a la hora de manipular alimentos y muy en especial carnes; de ahí que a los trabajadores del ramo se les obligue a realizar el curso de manipulador de alimentos. Pues bien, aquí viene mi gran sorpresa, y me explico. Estaba yo, el otro día, en la sección de carnes de unos grandes almacenes. El operario llevaba puestos unos guantes, supongo que con el fin de evitar contaminar con sus manos las carnes manipuladas. Pero€ ¡ah, sorpresa! Con los mismos guantes, lo mismo manipulaba el pollo, que la ternera, que la carne de cerdo€ Es decir, que al cabo de una mañana toda la carne ya está totalmente contaminada. La carne de ternera que los compradores se estaban llevando a su domicilio ya estaba contaminada por el pollo y el cerdo que previamente el operario había manipulado.

Lo peor de todo es que esta práctica ya la he visto en varios establecimientos más. Entonces me pregunto: ¿esto no se enseña en los cursos de manipuladores de alimentos?, ¿o acaso se olvida pronto? ¿Dónde están los controles de los inspectores de Sanidad? Porque también esta medida habrá que corregir y enmendar. Lo lógico y de sentido común (y tendría que ser obligado) es que cada vez que se manipula una carne, al pasar a otra de distinto ganado, el operario se cambie de guantes. Parece razonable, ¿verdad? Ya sé que es más engorroso para el operario, pero al igual que vemos con agrado que el médico se cambia de guantes cuando nos explora después de haber atendido a otro paciente, los manipuladores de alimentos tendrían que hacer lo mismo. Puro sentido común, ¿no le parece, querido lector?

La causa más común de salmonelosis es la infección a través del consumo de alimentos o agua contaminados. Al tratarse de una infección intestinal, la bacteria también se encuentra en las heces de personas infectadas, por eso la higiene personal cobra especial relevancia durante y después de pasar la enfermedad, ya que el no lavarse las manos después de ir al baño y manipular alimentos puede ser origen de infecciones en otras personas.

Los principales alimentos que pueden ser transmisores de esta bacteria son los huevos y las carnes de aves de corral, sobre todo pollo y pavo. La carne de cordero, cerdo y vacuno también puede portar la bacteria y contaminarse si su manipulado en el matadero no se realiza de forma apropiada.

Cualquier alimento puede contaminarse con la bacteria salmonela si es manipulado por una persona infectada con las manos sucias o si el alimento entra en contacto con otros alimentos que están contaminados, un fenómeno conocido como contaminación cruzada.

No debemos menospreciar gérmenes como la salmonela. La infección por salmonela en sí, por lo general, no es potencialmente mortal. Sin embargo, en algunas personas, especialmente los bebés y niños pequeños, adultos mayores, los receptores de trasplantes, las mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunes debilitados, el desarrollo de complicaciones puede ser peligroso. Sabemos también que las personas que han tenido la salmonela se encuentran en mayor riesgo de desarrollar artritis reactiva, también conocida como síndrome de Reiter.

Por lo tanto, todas las veces que insistamos en la extremada higiene a la hora de manipular los alimentos nunca podremos considerarla como suficiente.

*Fernando Monreal es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra