Vamos a por lo que queda, por Federico Barbero

Cualquier optimista puede dejar de serlo si contempla la realidad actual de este país por los muchos hechos negativos que ocurren y tanto nos perjudican, pues nunca hubo tantos incendios sospechosamente provocados que destruyen la Naturaleza. Ni nunca hubo tantas desavenencias políticas y sociales que arruinan la sociedad y la familia, con tanto divorcio y violencia de género, situaciones provocadas por la falta de fe y amor. Nunca hubo tanta gente que no creyera en nada, ni siquiera en Dios, en cuyo nombre se atiende a tantísimos pobres que según Cáritas aumentan por tanto desempleo y trabajo precario. Y tampoco hubo nunca tanta deuda de Estado, en parte generada por tanto político (en España soportamos veinte parlamentos con el europeo). Mientras, algún partido promete lo que no puede dar, con ideas de cambio para cambiar si algo funciona todavía y con éstas, vamos a por lo poco que queda. Cuando entró la democracia (1976), un servidor con solo 27 años tenía consolidado ya mi proyecto de vida y de familia. Por eso me entristece que hoy, muchos jóvenes, quizá mejor formados, no tengan ni futuro ni esperanza. Veremos si no tendremos que decir «Cualquier tiempo pasado fue mejor».

Aceite de oliva, por Plácido Cabrera Ibáñez

En EEUU, como en otros muchos países, ha aumentado el consumo de aceite de oliva. Según los datos recientes, en los últimos veinte años el aceite español casi se ha triplicado en el mercado estadounidense. Sin embargo, gran parte de las personas aún desconoce que casi el 50% del aceite que se consume en el mundo procede de España y que Jaén es la primera a nivel mundial en producción de aceite. Porque de Jaén sale gran parte del aceite envasado por multinacionales extranjeras, sobre todo italianas.

Los productores llevan años reivindicando la información sobre el origen del aceite. Por eso, recientemente, la ministra en funciones de Agricultura informaba de que «nuestro objetivo es que cuando en el mundo se piense en aceite de oliva, se piense en España». Pienso que el mismo envase puede ayudar a informar mejor de la procedencia del aceite de oliva y de sus propiedades. Sin olvidar que es preciso no utilizar una lupa o darle varias vueltas a una botella o garrafa para conocer la fecha de caducidad. Por último, los precios del aceite de oliva virgen han de ser controlados para evitar que se convierta en un artículo de lujo y pueda ser sustituido por otro tipo de aceite.