Hipocresía ante la India, por M. Llopis Piferrer

De nuevo un escándalo por el hecho de que una joven en la India haya sido apuñalada hasta la muerte ante la indiferencia de los circundantes. Hace poco era un obrero el que moría tras ser atropellado, porque centenares de peatones y conductores no le ayudaron cuando aún podrían haberle salvado la vida. Extrañarse, creer que eso es algo raro, una noticia, es querer ignorar que, en la ideología predominante, ayudar a alguien es entorpecer su próxima y posible mejor encarnación. Un ingenuo amigo mío fue a la embajada de la India en Madrid con una pancarta para apoyar la lucha contra las violaciones. El resultado fue que los miembros de la embajada, en vez de felicitarle, llamaron a la policía. La raíz del problema es esa ideología de castas y reencarnaciones ha sumido en la opresión y atraso a ese subcontinente durante milenios. Y eso es lo que debieran denuncian los defensores de los derechos humanos. Pero ¿cuántas manifestaciones se han hecho en favor de los más de mil millones que están de un modo u otro muy oprimidos en ese país?