El bueno de Dani Rovira caminará sobre las pantorrillas de Marilyn. Soy uno de esos malagueños que no sabía que en Málaga hay una calle con el nombre de la malograda Norma Jean, a quien su abuela Della Monroe intentó asfixiar al año de su nacimiento. ¿A que apetece saber más?... Ya. Son gajes de este oficio de escribiente, estimular a conocer más y mejor algo que se cita, o a alguien como Marilyn Monroe, por ejemplo. Lo hago para no hablar de las terceras elecciones y comulgar así con ruedas de molino de partido.

Corrupción narcótica. O, quizá, Dani Rovira caminará mañana sobre la espalda de la rubia que quería ser morena sin dejar de ser rubia. Pero Marilyn fracasó en ese intento. Murió tan joven, y tan rubia, que nadie la imaginaría jamás siendo una anciana. Murió condenada a vivir eternamente joven y turgente en el recuerdo, las películas, decenas de fotos, varios documentales y quizá en algunas bibliotecas. A lo mejor Dani Rovira se parará, sin darse cuenta, en uno de sus hombros, mientras espera a que llegue la comitiva municipal leyendo en el periódico que un ex jefe contra el narcotráfico de la Guardia Civil en Málaga ha sido condenado a diez años y medio de cárcel por narcotraficante. Nuestra dosis de corrupción publicada de cada día…

Imprescindible Pablo Ráez. Con Marilyn no estuvo nunca Rovira, aunque mañana pasee por su calle, pero sí estuvo Dani en persona con el imprescindible Pablo Ráez, a quien visitó en el Clínico durante su duro aislamiento por las sesiones de quimioterapia. A él no le pasó por encima como a Marilyn. El alta provisional de Pablo esta semana, su ya eterna imagen con la sonrisa puesta delante del sufrimiento y los brazos apretados haciendo bíceps, ha provocado más visitas en la web que mil infografías de rascacielos, como la del hotel catarí que te vi que presuntamente se levantará en el dique de Levante del puerto malagueño. Y es que hay hombres que luchan un día y son buenos (como decía Brecht y canta Silvio Rodríguez), hay otros que luchan un año y son mejores…, y así hasta llegar a los imprescindibles que no dejan de luchar nunca. Con su juventud a cuestas, la lucha de Pablo Ráez, su descomunal ejemplo y lo que ya ha conseguido para concernir a la población y hacerla donante de médula, es inmensurable.

María... León. No resulta demasiado poético imaginar que Dani Rovira (cuando camine por la acera de la calle Marilyn Monroe mañana en Málaga) pose sus pies sobre la cabeza de la actriz convertida en mito. Pero sí que tropezase enredado en su cabellera, y que cayera absorbido por su rubio pelo. Como en un sueño. Como en un sueño, anteanoche, sin ir más lejos, yo estuve sumido en otra rubia. Anduve sobre María León, y esta vez en cuerpo y alma, admirando la bonita profundidad de sus ojos verdes mientras hacíamos que nos amábamos en un coche. Lo hicimos una y otra vez. Siguiendo las órdenes del director, se entiende, mientras rodábamos una secuencia de la próxima película de… Y hasta ahí puedo leer; bueno, escribir (Gracias, pequeña ¡Grande!).

Más elecciones. Rovira pasará por la calle Marilyn Monroe mañana, donde está el centro deportivo Inacua, para asistir al Circuito Andaluz de Pádel a beneficio de la Sociedad Protectora, junto al alcalde. Ése era el truco de todo lo escrito sobre caminar por Marilyn Monroe. Un truquillo sano, no como el de las elecciones gallegas y vascas. Porque en todo momento nos intentaron convencer de que nada tenían que ver los tiempos de la investidura con el interés de los partidos en el resultado que obtengan mañana domingo. Ahora nadie duda de que no era así, y nos parece, o eso parece, la cosa más normal del mundo. La dialéctica está clara: primero lo mío; luego mi facción del partido, luego el partido y luego, un poco de tacón, la patria (o el pueblo, según acepciones).

Zapatazo legal. Por eso, quizá, ha tenido que ser de nuevo el Tribunal de Justicia de la Unión Europea el que ha sentenciado sobre la igualdad en las indemnizaciones para trabajadores temporales e indefinidos. Mientras a muchos se les caía la boca de tanto hablar de reformas que hay que reformar, su zapatazo legal responde a la demanda de una simple ciudadana y vuelve a poner en evidencia la eficacia, casi sólo partidista, de la actual política. Por eso merece la pena citar personas más reales. Como el querido Eugenio Chicano, que esta semana ya es académico de San Telmo; como Pepe Lebrero, que felizmente renueva su cargo al frente del Museo Picasso; o como el juez José Manuel Pérez Estrada, el mayor de los hermanos, que nos ha dejado cerrando el círculo de sus noventa años.

-¡Ah!, y «100 metros» de besos, Dani, por el estreno de tu emocionante peli en noviembre…

Porque hoy es sábado.