Otros votantes u otros dirigentes

A estas alturas parece que vamos a unas terceras elecciones, que darían resultados parecidos, como una cuarta, etc. Sólo quedan dos soluciones. Una, acabar con los votantes, o física, o moralmente, con otra dictadura, todo lo cual parece afortunadamente poco probable. No queda, pues, sino cambiar de dirigentes. Ya lo intentó Rivera -para desdecirse después- con el PP; y ahora se lo acaba de pedir Felipe González, quizá con la secreta ilusión de que el PP le elija a él. Es también muy improbable que ninguno de los otros cuatro principales lo haga por su cuenta (aunque Iglesias ofreció al PSOE una vez no estar en su Gobierno). La única solución democrática que veo sería que la presión de la calle (sí, esa que estamos viendo hoy en muchos países en crisis pero que, hoy desde su escaño, Iglesias dice que es estúpido creer), presión global y continua que obligue a los partidos a celebrar unas primarias para elegir nuevos candidatos.

Diego MasMálaga