En el PSOE los hay que se aferran al «no es no» como a un clavo ardiendo, pero es lo que hay. Algunos secretarios regionales, tal cual Iceta el catalán, no dan su brazo a torcer y siguen erre que erre. Son los irredentos que asientan su pensamiento en la militancia, mayoritariamente contraria a dar el placet al «rey de la corrupción», dicen, o sea, a Mariano Rajoy. Si en el PSOE, gestora al margen que quiere poner un poco de vaselina, siguen los picores y los arrebatos, en el PP, en los últimos días, se ha instaurado lo que ellos mismos llaman los «machacas», en referencia a quienes dicen ha llegado el momento de hacerle morder el polvo al PSOE y hacerle pasar por las horcas caudinas. Estos machacas, que no se saben si tienen el apoyo de Rajoy (al parecer no), ya tienen dicho que a ellos no les basta la abstención de los socialistas, sino que los quieren de rodillas, tragando quina y rendidos ante las huestes que capitanea el prócer don Mariano Rajoy. Cuando pregunté por nombres y apellidos de estos machacas peperos, sin rubor me confesaron ser liderados por el camaleónico Rafael Hernando y el duro como el pedernal Jorge Fernández Díaz. Detrás tienen una considerable claque que ya está pidiendo terceras elecciones porque Rajoy, sueñan, estaría ya a punto de caramelo, o sea, sombreando la mayoría suficiente. Si ganan las (os) machacas, nos espera la de dios.

Rajoy debería tener la habilidad política, ayer en Torremolinos dio los primeros pasos, de no cortar la respiración al PSOE, con golpes bajos, es decir, pedir ser investido sin poner más cuestiones sobre la mesa. Los socialistas que andan con un contumaz y doloroso flato, gracias los golpes que ellos mismos se han dado en el hígado y riñones, saludan que el jefe del PP, al menos de boquilla, arrincone a estos machacas y puedan llegar a una nueva declaración de intenciones (comité federal) que pasa por la abstención técnica, que debería ser explicada para que la militancia y los cinco y pico de millones de votantes puedan aceptarlo, aunque sea tapándose la nariz. Mario Jiménez, portavoz de la Gestora socialista, y político de absoluta confianza de la presidenta Susana Díaz, ya ha sentenciado: «no hay posibilidad alguna de alternativa de Gobierno». Los sueños o los deseos de muchos socialistas, enterrados.

El sector más derechizado del PP quiere forzar unas nuevas elecciones porque cree que podría ganar más cotas de votos, o sea, más diputados y aunque Ciudadanos lleva un tiempo perdido en la marea de su inconsistencia, la suma de ambas fuerzas le daría la mayoría. Es una elección que Rajoy, pese a lo dicho en Torremolinos, contempla porque enfrente tendría a un PSOE lamiéndose sus heridas, sin candidato suficientemente conocido, con el drama electoral de un partido dividido y necesitado de mucho más tiempo para recomponer sus diezmadas huestes. Pero alguien debería decirle a Rajoy que no debe jugar con fuego, porque se puede quemar.

P.D.- (1) Pablo Iglesias no necesita abuela. Se ha autoproclamado líder de la oposición. Con un Podemos al que le saltan las costuras en Madrid, en Andalucía y a nivel nacional. Iglesias tiene la rara habilidad de mover el ventilador y esparcir mierda.

(2) El miércoles fue un día grande para la Universidad de Málaga, con la fiesta de la alegría, el buen humor, la esperanza y el deseo de los casi mil nuevos Erasmus que sentaron sus reales en el Jardín Botánico. Nadie más contento que el rector, José Ángel Narváez, y su equipo. Buen trabajo.