La población de lobos avanza hacia el Sur de España, y llega a la Sierra de Madrid, pero no les será sencillo. En el Puerto de Cotos, cerca de Navacerrada, unos motoristas han atropellado uno, que yace en la carretera, con su espléndido pelaje despeinado por el viento. Alguien por allí dice haber oído un lastimero aullido (todos lo son) proveniente del bosque. Aguzando el oído para confirmar el aullido-secuencia (con la historia familiar que llevaría prendida) pasa por la carretera una troupe de varias docenas de motoristas de la etnia Harley Davidson, atronando el aire con su perfecta secuencia admisión-compresión-explosión-escape. La gesta formidable del lobo para recuperar sus territorios lo tiene difícil al llegar a Madrid. Miro hacia los pinares de Balsain y envío un mensaje mental: ¡id con cuidado, chicos, estáis cerca del hormiguero del gran depredador! Pero no se si les llega.