El anonimato en la noche de Halloween disparó los actos vandálicos en Málaga. Al personal le pone cachondo disfrazarse de muerto y luego ya, de vuelta a casa, atizarle a una marquesina embozado tras el maquillaje y gastando la ira que no puede canalizar en casa o contra el jefe. Armas decomisadas, paradas de bus dañadas, incendios por doquier, positivos mansalva en controles de alcoholemia... Lee uno las crónicas y parece que esto ha sido Mad Max, faltando sólo Mel Gibson dando sopapos en busca de gasolina. 342 actuaciones llevó a cabo la Policía Local en la noche previa al Día de todos los Santos. Muchas actuaciones son. Actúan más que Bisbal. 27 bates de béisbol se decomisaron. No sabía uno que había tantos paisanos aficionados a tal deporte, debe ser que los ha animado la buena marcha, con resurrección culminada ayer, de los Chicago Cubs, campeones al fin de la Serie Mundial, luego de dos lustros de sequía titulera.

Pero aquí la gran pregunta es: ¿qué disfraz te pones para que un bate de béisbol vaya a tono en la noche de Halloween? A no ser que vayas disfrazado de jugador de béisbol al que le han arreado con un bate en la cabeza y te curres un buen maquillaje en todo lo alto de la mirla con mucha mercromina. Eso y que vaya al lado un nota con el bate, para que te haga de complemento.

No encontrará aquí el lector una diatriba contra Halloween. Por nosotros, bienvenidas sean todas las fiestas y jolgorios, autóctonas, de importación, religiosas o paganas, sajonas o africanas o de donde sean. Al que suscribe, a que negarlo, se le va el cuerpo al lado del desmadre... En contra de lo que sí estamos es del vandalismo, que también lo traen los carnavales, la Feria y otras manifestaciones lúdicas más asentadas y en las que por mor de nuestro nunca bien ponderado clima y temperamento no falta quien tienda a liarla parda, dar golpes, herir, zaherir, arremeter, dar patadas a papeleras o matar patos a naranjazos como aquella vez en los jardines de Pedro Luis Alonso. Hasta en siete calles hubo quema de contenedores o papeleras. La gran mayoría de la gente pasó la noche a base de truco o trato tan pacíficamente. Otros prefieren darle puntapiés a los escaparates. Son muy molestos. Pero ellos se lo pasan de muerte.